Desastres climáticos como inundaciones, tormentas tropicales, huracanes, sequías, olas de calor o incendios han causado casi 100.000 víctimas mortales y han generado pérdidas estimadas en más de 360.000 millones de dólares desde 1980 en América Latina y el Caribe.
Ante esta situación, CAF presentó en la COP28 de Dubái los pilares de su nueva estrategia de gestión de riesgos ante desastres naturales, basada en tres pilares: integralidad para vincular los diferentes debates ambientales como la biodiversidad, la adaptación y la mitigación); movilización de más recursos y nuevos mecanismos financieros y tecnológicos; y generación de alianzas.
Esta estrategia estará respaldada por la inversión de USD 15.000 millones hasta el 2030 que CAF anunció para impulsar medidas de adaptación y gestión de riesgos de desastres naturales, un monto que triplica las inversiones de la institución en este ámbito en los últimos cinco años y la refrenda como un actor líder de la acción climática regional. Los fondos se destinarán a mejorar la resiliencia de las infraestructuras, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la atención de emergencias, la reducción de desastres con sistemas de monitoreo y prevención con tecnología de vanguardia, el control de la erosión y la protección costera, entre otros aspectos.
En la presentación de la estrategia, Ángel Melguizo, socio de la consultora Argia, dijo que se necesitan movilizar más recursos e integrar nuevas herramientas financieras, como los bonos de resiliencia o los certificados medio ambientales, porque solo así se lograrán apalancar nuevos recursos, tanto financieros como tecnológicos.
“Tenemos que adaptar las políticas ambientales a lo que está pasando en el mundo digital”, dijo Melguizo, quien incidió en la importancia de integrar nuevas tecnologías como la IA, ya que permiten, por ejemplo, que las respuestas para prevenir y mitigar los riesgos ante desastres naturales sean más económicas y eficientes. “Todavía una buena parte de los latinoamericanos y caribeños no tienen algo tan sencillo como una alerta temprana por celular. Las tecnologías van a ayudar a optimizar las políticas de gestión de riesgo de desastres, por ejemplo, gracias a una recaptación de datos más eficiente que nos permita tomar mejores decisiones”.
Por su parte, Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF, dijo que “necesitamos mirar al desarrollo de una manera diferente, y por eso somos la institución multilateral que más recursos dedica a la adaptación al cambio climático, y de cara al futuro desarrollaremos nuevos proyectos que vinculen la gestión de riesgos de desastres con las nuevas tecnologías, la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas estratégicos, con la finalidad de preparar a América Latina y el Caribe para enfrentar los cada vez más frecuentes fenómenos naturales extremos”.