El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró este martes que los desequilibrios macroeconómicos acumulados en Chile durante la pandemia «se han corregido en gran medida», pero alertó que «la coyuntura externa sigue siendo complicada» y persisten los riesgos.
«La necesaria aplicación de políticas macroeconómicas más restrictivas ha facilitado la normalización de la demanda interna tras los desequilibrios que surgieron durante la pandemia. La actividad económica ha empezado a dar indicios de estabilidad en el segundo semestre», dijo el organismo.
En un comunicado al concluir su misión anual de revisión económica del Artículo IV, el FMI mantuvo sus proyecciones de crecimiento para el país suramericano el próximo año y afirmó que «la economía está encaminándose hacia su crecimiento tendencial y la meta de inflación de 3%».
El organismo prevé que el PIB chileno crecería entre 1,5% y 2% en 2024 y que la inflación se desacelere hasta el 4% o 4,5% hacia finales de este año.
La economía chilena se recuperó más rápido de lo esperado tras la pandemia, con un aumento histórico de 11,7% en 2021, pero en 2022 se comenzó a ralentizar y cerró con un crecimiento del 2,4%.
Ante el riesgo de enfriar demasiado la economía, el emisor decidió en julio iniciar un ciclo de relajamiento monetario y la actual tasa de interés se ubica en un 9%.
Entre los principales riesgos externos que identifica el FMI se encuentran «la incertidumbres en torno a un periodo prolongado de tasas de interés altas en el mundo» y «la volatilidad de los precios de las materias primas debido a la desaceleración en China».
«En cuanto a los riesgos internos, la polarización y fragmentación política podrían llevar a demoras adicionales en las reformas. Además, el descontento social por la desigualdad y la situación de la seguridad sigue estando presente«, añadió el organismo.
Para enfrentar esos desafíos, el FMI señaló entre las principales prioridades la construcción de una economía «más inclusiva, dinámica y verde» y la reforma «del régimen tributario y de pensiones para financiar las necesidades sociales», dos de las principales promesas del Gobierno del progresista Gabriel Boric.
«El pacto fiscal propuesto, que vincula las reformas tributarias a un mayor gasto social y en seguridad, busca modernizar el Estado, incrementar la eficiencia del gasto y crear incentivos para el crecimiento y la inversión, puede ser una importante contribución a favor de una economía más equitativa y dinámica», señaló la institución.