Argentina, junto a otros países de la región, comenzó el proceso de diseñar, desarrollar y operar el primer satélite meteorológico latinoamericano, que brindará información vital del clima en el continente que en la actualidad es proporcionada por agencias extranjeras, por lo se ganará mayor "libertad y soberanía" para enfrentar los efectos producidos por el cambio climático, explicaron especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
La iniciativa, que actualmente cuenta con la participación de Brasil, Costa Rica y la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés), busca desarrollar satélites geoestacionarios meteorológicos propios del continente, ya que los que están operativos en día pertenecen a países del hemisferio norte v responden principalmente a sus intereses, indicaron las fuentes.
Tenemos la necesidad de contar con un satélite propio de Latinoamérica para lograr la soberanía, buscamos generar datos que se adapten mejor a las necesidades que tenemos a nivel regional", dijo a Télam Luciano Vidal, investigador del SMN.
"Hoy estamos a nivel regional cubiertos por satélites que son operados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y la NASA, donde si bien hay acuerdos de cooperación, hay determinadas prioridades que están orientadas a las necesidades de ese país", explicó.
Estados Unidos, Europa, Rusia y Japón tienen desarrollados satélites geoestacionarios, que están normalmente colocados entre unos 60 grados norte y unos 60 grados sur y se mueven con la Tierra acompañando su rotación, por lo que enfocan siempre a un mismo punto.
"Esos satélites están preparados para los problemas del hemisferio norte. Cuando hay eventos extremos como la época de huracanes en el Norte, los satélites reducen la cantidad de información que nos envían", aseguró Laura Frulla, gerente de Observación de la Tierra de la Conae.
Este tipo de satélites que quieren replicarse cuentan con dos sensores principales a bordo, uno orientado al monitoreo de nubosidad y humedad de la atmósfera y otro que se encarga de analizar la actividad eléctrica de las tormentas.
Las conversaciones para avanzar en el desarrollo de un satélite de América Latina comenzaron en 2018, y se apunta a desarrollar el satélite en el marco de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), un organismo internacional conformado en 2021, encargado de coordinar las actividades de cooperación en el ámbito espacial de los países latinoamericanos y caribeños, para el uso y exploración pacífica del espacio ultraterrestre, la Luna y otros cuerpos celestes.
Este año, el grupo de trabajo se reunió en Buenos Aires para comenzar a definir los intereses y las necesidades de la región, con la participación del SMN, la Conae, el Ministerio de Ciencia, la WMO, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) de Brasil, y la Universidad de Costa Rica.
"El paso que sigue es conformar otro grupo con especialistas de diferentes áreas ya que no es solamente el armado del satélite y la puesta en órbita, sino que todo eso conlleva toda una infraestructura a nivel terrestre. Este satélite se va a integrar en una constelación global de satélites meteorológicos, hay lineamientos que hay que seguir", aclaró Vidal.
Según explicaron los especialistas, también se está hablando con Chile, Paraguay, México y Colombia para que se sumen al proyecto, lo que implica también tener mayores fuentes de financiamiento.
"En Latinoamérica hay capacidades muy heterogéneas. Hay instituciones que están dedicadas al procesamiento de datos, otras agencias que tienen los satélites, pero no los pueden operar, otras agencias que están dedicadas a analizar imágenes y no tienen satélites. La idea es justamente invitar al resto de países para que sean parte de la construcción de instrumentos y el desarrollo de productos", afirmó Frulla, quien destacó que "Argentina es el único país capaz de diseñar, desarrollar y operar un satélite en Latinoamérica".
Este proyecto de integración regional no solamente apunta al trabajo en conjunto de los países, sino que es importante que los países de América Latina puedan contar con un satélite propio para el monitoreo de sus fenómenos climatológicos, que les permita disponer de la información de manera autónoma y tener mayor capacidad de reacción ante eventos extremos, que son cada vez más frecuentes e inesperados, explicaron.
"Los datos te dan el poder de decisión, que son clave para la adaptación y mitigación al cambio climático", concluyó Vidal.