Los menores ingresos de las familias latinoamericanas, durante la pandemia, y el menor poder adquisitivo que provocó la inflación de los últimos años, provocó prácticamente una destrucción de empleos del sector doméstico, dijeron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional el Trabajo (OIT).
“En un contexto de menores ingresos de los hogares y reacomodos de las tareas domésticas durante la pandemia” se observa una “pronunciada caída de la participación del servicio doméstico en el total del empleo” en toda Latinoamérica.
Esa situación “daría cuenta de un posible cambio estructural tanto en la oferta como en la demanda de esta categoría ocupacional”, ello porque durante el confinamiento por la pandemia fue de las categorías de empleo más afectadas, ya que dejaron de emplear a las mujeres en tareas domésticas.
"Si bien las menores tasas de informalidad regional registradas entre las mujeres en 2022 respecto de 2019 significaron un cambio de la dinámica observada en crisis anteriores, se aprecia que este fenómeno se produjo en un contexto de destrucción de puestos de trabajo de categorías ocupacionales particularmente vulnerables, como el servicio doméstico”, expusieron la OIT y la Cepal.
A tres años de la pandemia, es menor el porcentaje de participación de los trabajos ligados al servicio doméstico en 2022, con respecto a 2019.
En el 2021 el número de ocupados en dicha categoría de ocupación se incrementó 2.7% y en el 2022 subió 11.6%. No obstante, en el 2019 el porcentaje de personas dedicadas al servicio doméstico fue mayor al visto en el 2022.
Mujeres con empleo
De acuerdo con la Cepal y la Organización Internacional el Trabajo (OIT), en el 2019 el 11.1% de las mujeres ocupadas se dedicaron al servicio doméstico, pero en el 2022 el porcentaje fue de 10.1%, es decir, un punto porcentual menos, a pesar del incremento de actividad en dicha categoría de trabajos.
En el estudio Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, la Cepal y la OIT dijeron que “tres años después del inicio de la pandemia, se observan cambios en la composición de la informalidad, que ha aumentado en el caso de los hombres y en las zonas urbanas. En particular, se observa que entre 2019 y 2022 las tasas de informalidad de los hombres aumentaron, mientras que las de las mujeres se redujeron.
“Ello se explicaría por el aumento más acentuado del empleo asalariado de las mujeres en el sector privado, que tuvo como contrapartida una caída significativa del empleo en el servicio doméstico y como familiares auxiliares”, expuso.