Los servicios de inmunización en América Latina y el Caribe llegaron a más niños y niñas en 2022 que el año anterior, pero aún están muy lejos de la cobertura universal, según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
En la región, la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3) entre los niños y niñas menores de un año aumentó cuatro puntos porcentuales, del 75 por ciento en 2021 al 79 por ciento en 2022. Sin embargo, la tasa de vacunación infantil de la región es inferior a la media mundial del 84 por ciento y se sitúa muy por debajo de la cobertura de más del 90 por ciento que la región alcanzó durante años antes de empezar a retroceder en la última década.
Se calcula que 2 millones de niños y niñas de América Latina y el Caribe no recibieron una o más dosis de DPT en 2022. Alrededor de 800.000 de ellos tienen al menos una dosis de la vacuna, mientras que casi 1,2 millones no recibieron ni una sola dosis. Esta cifra es inferior a los 1,7 millones de niños y niñas “cero dosis” registrados en 2021. Muchos de estos niños y niñas viven en las comunidades más pobres de la región y tienen un acceso limitado a los servicios esenciales.
“Es una noticia positiva que el número de niños y niñas ‘cero dosis’ en América Latina y el Caribe haya disminuido en medio millón este año. Sin embargo, la preocupante realidad es que aproximadamente 2 millones de niños y niñas en la región siguen siendo susceptibles de contraer enfermedades potencialmente mortales”, dijo Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
“No debemos ser complacientes en nuestros esfuerzos. Retrasar la vacunación de nuestros niños y niñas sólo aumenta la probabilidad de futuros brotes, poniéndolos a ellos y a toda nuestra población en riesgo. Es crucial que sigamos priorizando y agilizando los esfuerzos de vacunación para garantizar la salud y la seguridad de nuestros niños, niñas y comunidades", dijo Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
La reducción de niños y niñas “cero dosis” en América Latina y el Caribe en 2022 muestra que los países han intensificado los esfuerzos de vacunación. Sin embargo, los países deben seguir fortaleciendo y ampliando los servicios de inmunización para recuperarse de la prolongada disminución de la cobertura en la región. Durante la última década, la vacunación infantil cayó en picada en toda la región, ya que las crecientes desigualdades y el gasto público desigual dejaron a las familias más pobres sin acceso a una atención primaria de salud de calidad. La pandemia de COVID-19 exacerbó aún más estos retos y también contribuyó a disminuir la confianza en la vacunación en algunos países.
“Los progresos realizados en la vacunación infantil en América Latina y el Caribe son ciertamente alentadores. Sin embargo, nuestro ritmo de progreso no es suficiente. Como región que históricamente se ha destacado en los esfuerzos de vacunación y con acceso a tecnología, recursos y conocimientos sin precedentes, no podemos permitirnos comprometer la salud de nuestros niños y niñas. Es imperativo que los gobiernos, los aliados, los trabajadores sanitarios, los padres, madres y cuidadores unan sus fuerzas para garantizar que cada niño y niña y cada comunidad estén protegidos contra las enfermedades prevenibles y la mortalidad prematura. Juntos, debemos dar prioridad y comprometernos a proteger el bienestar y el futuro de nuestros niños y niñas”, dijo Garry Conille.
Para seguir ampliando la cobertura de vacunación infantil en América Latina y el Caribe, UNICEF reitera el llamamiento que se realizó en Abril de este año a los gobiernos y aliados para que:
Identifiquen y vacunen urgentemente a todos los niños y niñas, especialmente a los niños y niñas de los hogares más pobres, a los niños y niñas indígenas y a los niños y niñas afrodescendientes que no han sido vacunados.
Den prioridad a la financiación de los servicios de vacunación y atención primaria de salud.
Construyan sistemas de salud más resistentes mediante la inversión en personal de salud, la innovación y la producción de suministros de vacunas en la región.
Refuercen la demanda de vacunas, fomentando la confianza, entre otras estrategias.