El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo este jueves una firme defensa de la democracia y la alternancia en el poder, al participar en Brasilia en la apertura del XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo.
“Tenemos que ejercitar la democracia lo máximo posible”, pues “es importante, en la medida que establece la alternancia en el poder”, y es un ejercicio “constante” de “victorias y derrotas”, que obliga a “hacer concesiones todos los santos días”, declaró Lula.
Frente a delegaciones de partidos de izquierda y progresistas de 27 países, el mandatario brasileño instó a “vivir democráticamente en la diversidad”, para enfrentar a la “extrema derecha fascista” que ha “vuelto a crecer en todo el mundo”.
Afirmó que, aún cuando la “extrema derecha” considera al Foro de Sao Paulo una plataforma antidemocrática, en verdad fue fundado en 1990, por iniciativa suya y del fallecido líder cubano Fidel Castro, como una fórmula de promover entre la izquierda la búsqueda del poder por el voto popular.
“Fue la primera experiencia latinoamericana que juntó a toda la izquierda sin acabar con sus divergencias”, para “discutir cómo conquistar los espacios políticos y democráticos”, aseguró.
“Nos dicen comunistas, como si nos ofendieran con eso”, pero “nos ofenderían si nos dijeran neofascistas”, dijo el mandatario, quien llamó la atención sobre la “amenaza” que representa la ultraderecha “para América Latina y el mundo”.
Lula pidió a la izquierda latinoamericana ser más sensible ante las críticas, “porque muchas veces nos equivocamos”, y a “ejercitar al máximo la democracia”, pues es el único camino para “acabar con el hambre y la miseria”, que debe ser el “único objetivo” de todo líder progresista.
Según Lula, “la democracia no es un pacto de silencio”, sino “una sociedad en movimiento”, y cuando un dirigente “sufre una derrota no puede quedar lamentándose”, sino que debe entender qué errores pudo haber cometido para ser derrotado en las urnas.
Sin embargo, afirmó que cuando se trata de un “compañero”, en vez de “criticarle públicamente”, es “mejor conversar personalmente” y señalarle sus posibles errores.
Aún así, sostuvo que “es mucho mejor tener un compañero que se equivoque, para poder criticar, que tener a un fascista en el poder”, como sostuvo que ocurrió en Brasil entre 2019 y 2022, cuando gobernó Jair Bolsonaro.
“Esos cuatro años en Brasil deben ser una lección para todos” y servir para “entender que o nos organizamos, o la extrema derecha va a estar ahí, contando mentiras y violentando la civilidad para volver al poder”, alertó.
El Foro de Sao Paulo, fundado en la ciudad del mismo nombre en 1990, tuvo entre sus principales promotores al Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, que ha vuelto al poder con Lula este mismo año.
En esa plataforma conviven fuerzas políticas de todos los tonos de la izquierda, desde el sandinismo nicaragüense, el comunismo cubano y el chavismo venezolano, hasta otras más moderadas y que se sitúan en el espectro progresista, como el Frente Amplio uruguayo o el propio PT.
En la cita de Brasilia participan delegaciones de un centenar de partidos políticos de 27 países, entre los cuales figuran Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, México, Nicaragua, Uruguay y Paraguay.
Asimismo, están presentes representantes de algunos países ajenos a América Latina, como Alemania, Francia, Portugal, Turquía e Irán.
Esta edición ha sido convocada bajo el lema “Integración regional para avanzar en la soberanía latinoamericana y caribeña”.
Esta “cumbre de izquierdas” concluirá el próximo domingo, cuando será aprobado el documento final, cuyo borrador insta a “aprovechar” la “oportunidad de tener en América Latina y el Caribe una mayoría de gobiernos integrados por fuerzas políticas y movimientos sociales progresistas”.
También destaca “la necesidad de construir la integración”, “proteger a la naturaleza, los pueblos y la soberanía”, así como “luchar contra los efectos del neoliberalismo en la región”.