América Latina y el Caribe es actualmente la región con mayor penetración de energías renovables dada su riqueza en recursos naturales, con un 33 por ciento del pastel energético total frente al 14 por ciento mundial. No obstante, enfrenta una creciente demanda energética con desafíos en integración, infraestructura, tecnologías y regulación, según la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).
"América Latina y el Caribe es hoy la región más verde del mundo. Es una región muy diversa y complementaria en materia de recursos naturales energéticos, lo que supone un potencial de integración enorme (...) Es una de las regiones donde hay más capacidad de integración a priori, dejando de lado regímenes y ciclos políticos", dijo Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de OLADE, organismo que celebra este año su 50 aniversario.
Rebolledo, economista chileno y experto en políticas energéticas, elegido en diciembre pasado para encabezar la entidad multilateral hasta 2025, dictó aquí esta semana la charla "Panorama Energético Regional", donde abordó los grandes desafíos de América Latina y el Caribe dentro del marco de su transición energética.
Señaló que los países latinoamericanos y caribeños llevan adelante diferentes "cambios, trayectorias y transiciones energéticas profundas mirando hacia las metas de 2030 y 2050", con un rápido desarrollo de los recursos hídricos (41,45 por ciento de la matriz energética renovable ), solares y eólicos; aunque las fuentes fósiles siguen siendo el 67 por ciento de la oferta total.
"(La región de) América Latina y el Caribe está comprometida con incrementar las energías renovables. En 2010, las energías renovables no convencionales representaban el 5 por ciento de la capacidad instalada, mientras que en 2021 representan el 19 por ciento", indicó el también exministro de Energía de Chile (2016-2018).
Rebolledo destacó en esa línea que Latinoamérica es de las regiones que menos gases emite en el planeta, con un 8,3 por ciento global. De ese total, la mitad corresponde a la industria energética (43 por ciento), frente a un 70 por ciento del resto del mundo.
"Gracias a los tremendos esfuerzos realizados en materia energética, la región emite bajos niveles de gases de efecto invernadero. En los últimos veinte años, se observa un leve desacople de las emisiones respecto del consumo energético, debido a un amplio proceso de electrificación, penetración del gas natural y avances en la eficiencia energética", sostuvo.
OLADE, organismo de cooperación, coordinación y asesoría técnica de carácter intergubernamental, creado en 1973 y ratificado por 27 países de la región, celebrará la octava versión de la Semana de la Energía en Montevideo, Uruguay, entre el 6 y 10 de noviembre próximo. En ella participarán ministros de Energía de los países miembros y se espera la asistencia de un número "relevante" de presidentes, en medio de un "momento político" propicio para la integración regional, comentó Rebolledo.
Bajo dicho contexto, el representante de OLADE enumeró los principales desafíos de la región en esta materia, tales como aunar esfuerzos para construir una visión común, por ejemplo, en temas regulatorios y políticas públicas que permitan planificar sistemas energéticos más eficientes y competitivos.
Otro tema a trabajar, añadió, es la incorporación de tecnologías e inversiones para construir una cadena productiva regional de generación, transmisión y distribución de energía en armonía con las comunidades, el medioambiente y la equidad de género.
Asimismo, Rebolledo mencionó las oportunidades de crecimiento que ofrece la electromovilidad, el desarrollo del hidrógeno verde y el litio; industrias en las que Chile se proyecta a futuro como el principal proveedor del mundo.
Todo esto en un mercado mundial que demanda cada vez más energías limpias, con énfasis en el sector transporte, que en 2021 representó el 37 por ciento del consumo final de energía y es hoy el principal usuario de combustibles fósiles.
De acuerdo con OLADE, ante los retos que supone la transición energética, 16 países se han adherido a la Iniciativa Renovables en Latinoamérica y el Caribe (RELAC), con el objetivo de alcanzar un 70 por ciento de aportación de las energías limpias a la matriz eléctrica regional.
Según cifras de la entidad, por el momento varios países tienen una proporción de sus fuentes energéticas sobre el total en torno al 40 por ciento, mientras que 11 países ya han superado el 60 por ciento a nivel nacional, entre ellos Brasil, Paraguay y Costa Rica.
Sin embargo, el uso de la leña y el carbón prevalece en ciertas naciones en los segmentos más empobrecidos, con 77 millones de personas sin acceso a sistemas de cocción limpia y 16,1 millones de personas que no cuentan con electricidad en toda la región, según datos de OLADE.