De acuerdo con los datos de reservas de vuelos para la próxima temporada de verano del hemisferio Norte, los viajes hacia América Latina y el Caribe se esperan que aumenten un 21,4%, según indica la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Si bien la cifra es significativa y muestra la alta confianza que existen entre los usuarios para viajar en los meses de mayo a septiembre 2022, evidencia que la región pierde interés en comparación a otras.
América Latina y el Caribe es la penúltima región en el mundo por crecimiento en la cantidad de reservas, ubicándose sólo por delante de Norteamérica. Con el término de las inefectivas y adversas restricciones colocadas por los Gobiernos bajo justificación del COVID-19 desde marzo 2020, Asia Pacífico es en la zona del planeta que más demanda de viajes tiene. Según las reservas acumuladas concentra un crecimiento de 134,7% en comparación con el mismo periodo anterior.
Las razones del aumento de viajes a Asia-Pacífico responden a que es la última región en abrir. Por lo tanto, muchas de las reservas corresponden a necesidades de viajes postergadas que ahora pueden volver a manifestarse. Si bien América Latina y el Caribe gozan de una amplia diversidad geográfica y cultural, estos aspectos también están en Asia Pacífico, incluso probablemente con mayor seguridad.
Durante los últimos meses, algunos países de la región que son polo de atracción de turistas sufren una serie de protestas y cuestiones de seguridad que alertan a los viajeros. Las advertencias que hacen los Gobiernos probablemente incidan en las decisiones de viajes, especialmente, cuando existen alternativas altamente atractivas.
Después de Asia Pacífico, las regiones con mayor crecimiento son el Medio Oriente con un 42,9%, Europa con un 39,9% y África con un 36,4%.
Alta confianza para viajar
IATA informa además que existe un alto nivel de confianza entre los viajeros para la presente temporada de verano del hemisferio Norte. Las reservas cerradas en el primer trimestre de 2023 para viajar de mayo a septiembre están en un 35% por encima de los niveles de 2022.
Los números permiten suponer que las altas tarifas aéreas no son un impedimento aún para viajar reflejando que el “turismo de venganza” sigue estando presente. La industria aérea teme que con la incertidumbre económica y los altos costos que impactan a la aviación, la demanda podría disminuir. Afortunadamente, dicho escenario no se manifiesta.