l menos 1.000 migrantes, en su mayoría de Venezuela y Haití, llegaron el lunes 10 de abril a la ciudad de Chiapas, en México, para solicitar asilo para empezar el proceso migratorio hacia Estados Unidos (EE UU).
La caravana, integrada por 1.097 migrantes, se dirigió a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para pedir que se acelere el proceso de documentación.
Los refugiados insistieron en que no regresarán a sus países debido a la crisis política, económica y de la falta de empleo y oportunidades.
“Nosotros ya estamos aquí, no podemos retroceder a nuestro país, sería en vano el esfuerzo, nada para atrás, nuestra visión es para adelante”, dijo Alexander Vivar, migrante de 20 años de edad, a la agencia de noticias EFE.
Vivar aseguró que, en caso de que México le otorgue alguna facilidad, se quedaría trabajando, y si no, lo intentará las veces que sea para poder llegar al norte del país y cruzar a EE UU.
José Sánchez, migrante venezolano, llegó el lunes 10 de abril por la mañana a Tapachula y es el 1.097 en la lista para ser atendido por el personal de la Comar, por lo que permanecerá un tiempo en espera de su proceso.
“No tengo idea cuándo pasaré, pero espero que, al entrar, nos den una fecha para que podamos obtener nuestro permiso para seguir por México”, compartió Sánchez.
Agregó que en cuanto tenga los papeles va a empezar a caminar al norte de México, porque su objetivo es poder pasar a EE UU, trabajar y enviar dinero a su familia en Venezuela.
Sanchez detalló que se dedicaba a la venta ambulante en las calles de Venezuela, pero la necesidad de sostener a familiares, lo obligó a migrar y llegar hasta Tapachula caminando, ahora acompañado con cuatro venezolanos más.
En las oficinas de regularización migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), también se aglomeraron cientos de migrantes quienes ya han realizado su protocolo en la Comar, donde tramitarán sus visas por razones humanitarias.
Título 42
El Título 42 es la ley sanitaria que permite al gobierno de EE UU expulsar migrantes hacia la frontera de México, bajo la excusa de la pandemia de covid-19.
El Departamento de Seguridad Nacional informó en febrero que desde que se implementó esta restricción, la cifra de arrestos de migrantes en la frontera ha disminuido y alcanzó su punto más bajo en enero de 2023.
Migrantes, en su mayoría de origen venezolano, se incorporan a la vida laboral de la fronteriza Ciudad Juárez, en el norte de México, aunque mantienen su deseo de transitar hacia Estados Unidos.
Esta situación ocurre en medio del apoyo de las autoridades locales en Chihuahua y la presión porque se incorporen a la formalidad en la economía mexicana, al ser un lugar de paso en su éxodo hacia el “sueño americano”.
En la mayoría de los casos, la ausencia de documentos como el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y la Clave Única de Registro de Población (CURP), son su principal impedimento para obtener un empleo formal, viéndose abocados a la informalidad, limpiando vidrios.
Sin embargo, hay casos en los que son empleados con un esquema legal de contratación.
Uno de estos casos es el de dos venezolanas que trabajan en una fonda ubicada en el centro de la fronteriza ciudad mexicana, donde los juarenses y sus connacionales prueban platillos típicos de Venezuela.
“Muchos venimos de nuestro país con las ganas de salir adelante y trabajar. No debemos de desesperarnos, tenemos un Dios grande que se acuerda de nosotros”, declaró Orelys Yajure, quien cocina en este lugar.
Con información de EFE…