El Banco Mundial (BM) advierte que América Latina necesita avanzar hacia un mayor dinamismo de la actividad económica que permita aliviar la pobreza y disipar las tensiones sociales.
Reconoce la resistencia que han tenido las economías de la región al enfrentar tres choques consecutivos: la pandemia, la inflación y la respuesta monetaria al choque global de los precios.
Pero matiza que esta tenacidad podría verse mermada si no se presenta un avance en reformas que garanticen un crecimiento económico sostenido para el largo plazo.
En un blog institucional, desarrollado por el economista del BM para la región, William Maloney, explica que las expectativas de crecimiento que tienen para los países de Latinoamérica y el Caribe en 1.6% para este año y 2.4% para 2024, “son demasiado escasos” para cumplir con los retos de pobreza y descontento social. Subrayó que tampoco son resultado de la política restrictiva que prevalece para estabilizar a la inflación.
América Latina debe redoblar su esfuerzo para comprender las barreras de su crecimiento de largo plazo e impulsar las reformas necesarias para corregir sus deficiencias”.
Sugirió entonces abordar en las reformas la calidad de educación, la falta de competencia, inversión insuficiente en infraestructura y la debilidad de los sistemas de innovación.
En la actualización del blog, titulado “Ganancias obtenidas con esfuerzo” comentaron que en la década del 2010, la región consiguió un crecimiento de PIB de 2.2% promedio, que contrastó con la expansión mundial que promedió 3.2 por ciento. Esto evidencia que el problema de bajo crecimiento tiene décadas.
Resaltaron que las tasas de inflación históricamente modestas, la mayor resiliencia a las perturbaciones, que es la calma relativa de los mercados internacionales, y la capacidad de usar la política monetaria de manera anticíclica que han caracterizado a las economías de la región, reflejan mayor confianza ganada con esfuerzo institucional.
Sin embargo, advirtieron que “lleva décadas ganar la credibilidad pero se puede perder de la noche a la mañana”.
Esta resistencia de la región, resulta en gran parte de reformas ejecutadas en los últimos 25 años, en respuesta a la fuerte inflación que se presentó en el territorio entre 1970 y 1980.
Entre estas reformas, cita tres: la institucionalización y profesionalización de autoridades monetarias, supervisores y reguladores.
Subrayaron que al adelantarse a la Fed en reaccionar ante la presión inflacionaria mundial, aumentando las tasas de manera más agresiva que en episodios anteriores, facilitará que lleguen al objetivo de inflación para el 2024.
La segunda es la independencia de los bancos centrales y la adopción de metas de inflación y el mayor blindaje contra choques económicos.