El Comité Permanente del Episcopado chileno invitó a abordar la dramática situación que viven cientos de familias inmigrantes en el país. En la sede de la Conferencia Episcopal de Chile, los obispos se reunieron con directivos de la División de Migraciones de la Dirección General de Asuntos Consulares, Inmigración y chilenos en el Exterior; del Departamento de Migraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores; y de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
También participaron el director del Instituto Católico de Migrantes (INCAMI); el Director de Cáritas Chile; la directora Social del Servicio Jesuita a Migrantes; y la vicepresidenta de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile, CONFERRE.
La secretaria general adjunta de la Conferencia Episcopal de Chile, Valeria López Mancini, explicó a Vida Nueva los alcances de esta reunión y sus resultados.
PREGUNTA.- ¿Cuál es la situación de migrantes que originó este encuentro?
RESPUESTA.- Ante las evidentes situaciones de vulnerabilidad que presenciamos en diversas zonas del país, los obispos ven urgente buscar caminos para que las personas que han migrado hacia Chile por situaciones muy difíciles, encuentren espacios de integración y desarrollo, que garanticen su dignidad y reconozcan el aporte que también significan para nuestra sociedad. Es conmovedor ver a familias viviendo en condiciones extremas. Y esto lo hemos podido vivenciar en el acompañamiento que la Iglesia realiza a lo largo de todo Chile a través de sus pastorales migrantes. Muchas personas migran porque buscan esperanza y mejorar la situación que vivían en sus países de origen.
P.- ¿Cuáles son esas condiciones extremas?
R.- Hoy la realidad nos muestra que una gran cantidad de ellos están viviendo en terribles condiciones, sin contar con redes de apoyo. En ese sentido muchas parroquias se han convertido en esos lugares donde muchos inmigrantes encuentran una mano amiga, una comunidad que se esfuerza por acogerlos e integrarlos. Esas y otras comunidades locales que reciben migrantes también requieren ser apoyadas, especialmente las de zonas fronterizas y centros urbanos. Por ello, se requiere avanzar hacia respuestas más integrales, de responsabilidad del conjunto de la sociedad.
P.- ¿Qué esperan los obispos de este encuentro?
R.- Los obispos han buscado con este encuentro poder estrechar lazos con aquellas instituciones y organismos que juegan un rol fundamental en poder dar solución a estos temas, dando cuenta de la preocupación de la Iglesia Católica en Chile especialmente por las personas más vulnerables que no pueden acceder con facilidad a encontrar soluciones para regularizar su situación en el país.
Si bien hay contactos permanentes de organizaciones eclesiales con dichas instancias, se vio la urgencia de solicitar una mayor coordinación de los organismos del Estado que atienden estas problemáticas para facilitar los trámites, de manera que el rol de apoyo que entregan las pastorales migrantes y organismos de ayuda humanitaria como INCAMI y Cáritas Chile pueda ser más efectivo en el acompañamiento de quienes acuden a la Iglesia en búsqueda de ayudas que no encuentran en consulados o el Estado. El horizonte es trabajar en conjunto, de manera coordinada, para potenciar mejores respuestas y más integrales, ante el drama humano que conlleva la actual crisis.
P.- ¿Qué resultados o conclusiones se obtuvo?
R.- Coincidimos en que debemos reforzar los lazos para apoyar de mejor manera a las comunidades migrantes, también a las comunidades locales de acogida que son afectadas por esta crisis migratoria, especialmente aquellas que están atravesando por diversas crisis socio políticas que agravan la búsqueda de una solución a este drama humanitario. Ante la dificultad de hacer cambios a la ley migratoria que fue recientemente aprobada, se ve necesario avanzar en una propuesta conjunta, que tenga como especial preocupación la situación de la infancia desplazada por toda la región y de quienes solicitan la condición de refugiados.
También hemos coincidido en la importancia de abordar esta crisis desde su dimensión regional, con una mirada de conjunto de Latinoamérica y El Caribe, considerando también una agenda internacional. Finalmente, concordamos en la necesidad de contribuir a cambiar la mirada sobre la movilidad humana, y a generar condiciones para que podamos vivir en fraternidad y bienestar, en la línea de los cuatro verbos planteados por el papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar.
P.- ¿Se programa alguna continuidad?
R.- Si. Otra de las conclusiones de esta reunión fue dar continuidad a estos encuentros durante el año, solicitando especialmente a Cáritas Chile e INCAMI animar esa coordinación, incorporando a la Red Clamor, y probablemente convocando al diálogo a otras confesiones de fe, que manifiestan preocupación por esta problemática, así como a otros actores sociales y políticos claves en la búsqueda de soluciones.