La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Egipto, logró avances insuficientes, coincidieron líderes mundiales.
Las críticas apuntaron a la falta de ambición en la reducción de emisiones para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.
“Esta COP dio un paso importante hacia la justicia. Celebro la decisión de establecer un fondo para pérdidas y daños. Claramente, esto no será suficiente (...). Para tener alguna esperanza de mantener el 1.5, necesitamos invertir masivamente en energías renovables y acabar con nuestra adicción a los combustibles fósiles”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, llamó a sumar esfuerzos.
“El mundo nos está mirando, y no nos perdonará si fallamos nuevamente en prevenir lo peor. Lo que tenemos ante nosotros no es suficiente. No aporta los esfuerzos añadidos necesarios para que los principales emisores aumenten y aceleren sus recortes de emisiones”, dijo Timmermans en su intervención.
Los casi 200 miembros de la COP27 tuvieron que negociar hasta la madrugada del domingo para sacar adelante un texto final que generó reacciones contrastadas.
Excélsior consignó ayer los compromisos ambientales: Entre ellos destaca el abandono progresivo de las fuentes de energía fósiles. También pretende eliminar tres millones de toneladas de dióxido de carbono por año.
La idea de un fondo de pérdidas y daños empezó a gestarse hace tres décadas, cuando los países del Sur empezaron a exigir reparaciones por el calentamiento del planeta, del cual no han sido responsables históricamente.
“Los acuerdos logrados en la COP27 son un triunfo para todo el mundo. Demostramos a los que se han sentido despreciados que los escuchamos, los vemos y que los respetamos”, aseguró un comunicado de la asociación de pequeños Estados insulares (AOSIS).
El fondo, que no será inmediatamente operativo, proporcionará financiación adecuada a los países en desarrollo especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, según el documento.
La financiación recaerá básicamente sobre los países ricos, los que más han contribuido al calentamiento global.
Pero una de las pistas de trabajo acordadas este domingo llama a “expandir las fuentes de financiación”, lo que dejaría la ventana abierta a que países como China participen, una demanda expresada por la Unión Europea y Canadá, entre otros.
Un comité de transición compuesto de 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, elaborará durante un año los detalles sobre el funcionamiento y la financiación de esta iniciativa, con vistas a una adopción en la COP28 a fines de 2023, un año antes del plazo previsto hasta ahora.