América Latina entrará en un proceso de desaceleración en 2023, impulsado por las arduas condiciones de política monetaria externa que enfrentan los países de la región, agudizados por la pandemia de la covid-19 y la guerra en Ucrania.
Así lo alertó la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) al publicar su nuevo ‘Informe sobre el Comercio y el Desarrollo de 2022’.
De acuerdo con el documento, el ritmo del crecimiento de la economía de América Latina y el Caribe crecerá 2,6% este 2022, una actualización de 0,3 puntos porcentuales frente a la previsión de 2,3% en el pasado informe de marzo.
Sin embargo, el crecimiento de la economía regional se ralentizará hasta el 1,1% para 2023, en uno de los crecimientos más bajos esperados para cualquier otra región.
Asimismo, el ritmo de crecimiento estará marcado por las mayores economías, Argentina, Brasil y México, que tras crecer un 10,2%, 4,6% y 4,8% en 2021, respectivamente, se deslizarán a un 4,1%, 1,8% y 1,8% en 2022.
Buenos Aires y Brasilia, por su parte, retrocederán al -0,8% y 0,6%, respectivamente, en las previsiones para 2023.
“Para la mayoría de las economías de la región, el deterioro de las condiciones financieras mundiales y los giros de política económica en las economías avanzadas van a repercutir en el crecimiento, aumentando la vulnerabilidad a los choques externos”, advirtió la secretaria general de la Unctad, Rebeca Grynspan.
El documento plantea que el problema para la región es tan limitado “para corregir el rumbo”, teniendo en cuenta la combinación de alzas de tipos de interés, riesgo de los inversionistas y depreciaciones de los tipos de cambio.
Ante esta coyuntura, para Grynspan “una mayor cooperación regional podría ofrecer un respaldo contra los choques imprevistos y ayudar a explotar nuevas fuentes de crecimiento”.