Los días que siguieron fueron como «haber tocado el cielo con las manos», expresó en una ocasión uno de los fundadores del FSLN, el comandante Tomás Borge (1930-2012).
Era la última Revolución armada en la región de América Latina y el Caribe después de la mexicana (1910) y la cubana (1959), cuyo principal objetivo fue empoderar al pueblo y erradicar de raíz la pobreza.
Comenzaba entonces una de las partes más difíciles de ese proceso: rescatar a Nicaragua del olvido.
Bajo ese principio arrancó la cruzada nacional de alfabetización en el país más extenso de Centroamérica, con la cual se redujo el nivel de analfabetismo del 50 al 12 por ciento.
Garantizar salud y educación al pueblo, rescatar a miles de familias de la más absoluta pobreza, repartir tierras a los campesinos, recuperar la cultura, la memoria y la identidad, también formaban parte del proyecto sandinista.
“(…) Todo este gigantesco esfuerzo ha sido estimulado por la ayuda de muchos países solidarios con este pueblo. Médicos, maestros, técnicos, donaciones de todo tipo; créditos de organismos internacionales han ayudado a aliviar la dura carga que nos heredó la explotación y el saqueo”, expresó en 1980 el presidente Daniel Ortega en el primer aniversario de la victoria sandinista.
El triunfo de esta Revolución 20 años después de la cubana, provocó temor al gobierno del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan (1911-2004). Por eso muy pronto comenzó la guerra encubierta de la Casa Blanca con apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en contubernio con cientos de mercenarios concentrados en “la contra”.
A pesar de todas las acciones para derrocar el sandinismo, Estados Unidos no logró sus propósitos por la vía armada aunque en 1990 el FSLN perdió las elecciones y con apoyo de Washington y la CIA, fue elegida presidenta Violeta Barrios.
El FSLN, con Daniel Ortega a la cabeza, regresó al poder en 2007 tras 16 años de gobiernos neoliberales.
LOGROS SOCIOECONÓMICOS
Desde esa fecha el gobierno sandinista siguió cultivando los logros socioeconómicos que antes había iniciado, con inversiones enfocadas en sectores como salud, educación, electricidad, agua potable y construcción de carreteras, entre otros.
En los últimos 15 años, el programa sanitario implementado por el Ejecutivo nicaragüense, fortalece el sistema salud del país centroamericano y garantiza la restitución de derechos a las familias.
Recientemente la ministra de esa cartera, Martha Reyes, destacó cómo a partir de 2007 se incrementaron las unidades de salud en todo el territorio nacional, contabilizándose actualmente un total de mil 596 centros.
Según datos del Ministerio de Salud aquí, hasta la fecha se construyeron 22 hospitales, de los cuales dos son nacionales, uno departamental y 19 de atención primaria, además de un centro clínico para la atención a personas con VIH/sida.
Los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) aumentaron en el país, y de 30 registrados en 2006, actualmente existe una red de más de 270 a nivel nacional donde se atienden más de 15 mil niños desde los 45 días de nacidos hasta los seis años edad.
Asimismo, datos oficiales dan cuenta de que, hasta el 2021, la matrícula docente en las diferentes modalidades educativas en Nicaragua superó un millón 800 mil 290 estudiantes. En este período también sobresalen inversiones millonarias en el mejoramiento y construcción de escuelas a nivel nacional.
El ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, destacó la gestión del gobierno del FSLN, y explicó que este es el que más invirtió en infraestructura productiva. “Ahora el país cuenta con más de cinco mil kilómetros de carreteras en excelentes condiciones que conectan a todos los municipios y ayudan a movilizar la producción y las exportaciones”, indicó.
Al referirse a la expansión de la cobertura eléctrica a nivel nacional, Acosta mencionó un salto del 54 al 99,2 por ciento actualmente.
Por otro lado, también resalta el programa Bismarck Martínez, una iniciativa del gobierno creada en 2018, cuyo objetivo es entregar viviendas dignas a miles de familias nicaragüenses.
DE CARA AL FUTURO
“Con el triunfo en 1979 se sentaron las bases para un estado nacional con justicia social con las clases populares empoderadas. Además, se le dio autonomía a la costa atlántica, lo cual fortaleció la unidad nacional del país”, comentó a Prensa Latina el analista Jorge Capelán.
A su juicio, en los próximos 10 años Nicaragua entrará en una senda de crecimiento acelerado muy sólido y bajo sus propias condiciones a raíz de sus relaciones con China. “Va a seguir sorteando todas las aguas turbulentas de esta historia, y el gran reto es ver cómo se inserta en toda esta realidad multipolar que está surgiendo”, subrayó.
De acuerdo con el director del Centro Regional de Estudios Internacionales, Manuel Espinoza, el principal peligro es Estados Unidos pues “sus agencias no duermen en función de la desestabilización de Nicaragua, sobre todo en la fracturación del sandinismo”.
Sea cual fuere el futuro del país de lagos y volcanes, lo cierto es que la Revolución sandinista cumple 43 años y cuenta con un presidente, cuya gestión apoya el 77,3 por ciento del pueblo, de acuerdo con el más reciente estudio de opinión pública.