Caracas. Las mujeres venezolanas en Colombia y Perú tienen miedo de acudir a las autoridades para denunciar casos de acoso sexual y discriminación porque no son tratadas adecuadamente, según una investigación de Amnistía Internacional.
Ambos son los principales países receptores de venezolanos refugiados y las mujeres enfrentan múltiples formas de violencia. Según el informe de la organización, las mujeres no pueden acceder a la justicia ni a los servicios de salud, por los estereotipos relacionados con su género, nacionalidad, e identidad.
Una cuarta parte de las migrantes en Colombia admitieron que las discriminaron por ser venezolanas; a 59 % le pasó en la vía pública o en sus lugares de trabajo, por la falta de regularización de documentación, lo que hace que las mujeres tenga un estatus distintos.
En el 2017, la organización registró 166 denuncias de las venezolanas ante el mal trato de las autoridades extranjeras en Colombia y Perú. En 2018 contabilizaron 2030 denuncias y en 2020 la cifra subió a 4176.
Venezolanas no denuncian
Ninguno de estos países tiene información sobre los derechos de las mujeres venezolanas a causa de la discriminación y la violencia basada en género. Las migrantes no tienen los mismos derechos que las mujeres colombianas o peruanas y por eso no denuncian por miedo a terminar presas o a ser consideradas delincuentes.
Amnistía Internacional consideró en su informe Violencia Basada en Género contra Mujeres Venezolanas Refugiadas en Colombia y Perú, que en estos países la situación de precariedad económica, la falta de regularización de su estatus migratorio y las en el acceso a programas de capacitación económica orillan a las migrantes venezolanas a emplearse en ámbitos informales. Es decir, en áreas en las que no tienen ningún tipo de protección frente a las violencias de las cuales son víctimas.
“En Perú, la Superintendencia General de Migraciones registró 566.707 mujeres extranjeras, en edad adulta, en el país. De ellas 74 % son mujeres refugiadas venezolanas. Según la misma fuente, 29 % de las mujeres extranjeras trabajan de forma remunerada y 34 % trabaja de forma no remunerada. En 37 % de los casos no fue posible determinar su situación laboral. Es importante resaltar que 22 % de las mujeres cuenta con educación secundaria completa y 18 % con educación técnica o superior completa”, precisó el informe.
En Colombia la Encuesta Pulso de la Migración del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) mostró que 82 % de las mujeres venezolanas laboralmente activas afirmaron haber tenido dificultades en la obtención de trabajo remunerado. De ellas, solo 16 % cuentan con un contrato escrito, frente a 84 % que refieren tener un contrato verbal.
“Las venezolanas fueron abandonadas y la violencias hacia la mujer en el exterior es una pandemia, una constante terrible que se dispara por la discriminación”, alertó Marcos Gómez, ejecutivo de Amnistía Internacional Venezuela.
Las jóvenes venezolanas sufren de acoso sexual en los colegios, a veces son los mismos funcionarios quiénes ejecutan estás acciones. Gómez expuso que hay mujeres que no cuentan con una red de apoyo y otras que dependen económicamente de sus parejas.
Amnistía Internacional detalló que las mujeres refugiadas de Venezuela sufren violencia sexual; robos; extorsión; amenazas; agresiones; trabajo forzoso y asesinatos. Del mismo modo, muchas están expuestas a secuestros, reclutamiento por grupos armados y desaparición forzada.
Además se han atestiguado incidentes en los que son víctimas sus acompañantes o las personas que cuidan, entre ellas sus hijas e hijos. Esta situación es común tanto durante el trayecto migratorio como en el lugar de destino.