La población mundial alcanzará los 8000 millones el 15 de noviembre de 2022, según el informe Perspectivas de la Población Mundial, que también prevé que India superará a China como el país más poblado del mundo en 2023.
Las últimas proyecciones de las Naciones Unidas, publicadas con motivo del Día Mundial de la Población sugieren que el número de habitantes del planeta podría llegar a alrededor de 8500 millones en 2030 y 9700 millones en 2050. Se proyecta que alcanzará un pico de alrededor de 10.400 millones de personas durante la década de 2080 y que permanecerá en ese nivel hasta 2100.
Sin embargo, la población mundial está creciendo a su ritmo anual más lento desde 1950, por debajo del 1% en 2020.
La fecundidad ha disminuido notablemente en las últimas décadas en muchos países. En la actualidad, dos tercios de la población mundial vive en un país o área donde la fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, nivel aproximado para mantener el nivel de población en lugares con mortalidad baja. Se proyecta que la población de 61 países o áreas disminuirá en un 1% o más entre 2022 y 2050, debido a sus niveles persistentemente bajos de fecundidad y, en algunos casos, a sus altas tasas de emigración.
“La relación entre el crecimiento de la población y el desarrollo sostenible es compleja y multidimensional”, dijo Liu Zhenmin, subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU. “El rápido crecimiento de la población hace más difícil la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, y la expansión de la cobertura de los sistemas de salud y educación. Por otra parte, el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente los relacionados con la salud, la educación y la igualdad de género, contribuirá a reducir los niveles de fecundidad y a desacelerar el crecimiento de la población mundial”.
Este cambio en la distribución por edad brinda una oportunidad, limitada en el tiempo, para lograr un crecimiento económico per cápita acelerado, conocido como el “dividendo demográfico”. Para maximizar los beneficios de una estructura por edad favorable, señala el informe, “los países deben invertir más en su capital humano, asegurando el acceso a la atención de la salud y una educación de calidad en todas las edades, y promoviendo oportunidades de empleo productivo y trabajo decente”.
En América Latina y el Caribe, se prevé que la proporción de la población en edad de trabajar empiece a disminuir a principios de la década de 2040.
“Los países con poblaciones que están envejeciendo deben tomar medidas para adecuar los programas públicos al número creciente de personas mayores, incluyendo el establecimiento de sistemas universales de atención médica y de cuidado a largo plazo, y mejorando la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones”, asegura el estudio.
La pandemia del COVID-19 ha afectado a los tres componentes del cambio demográfico. La esperanza de vida al nacer bajó a 71,0 años en 2021. En algunos países, las olas sucesivas de la pandemia podrían haber producido reducciones a corto plazo en el número de embarazos y nacimientos, mientras que para muchas otras naciones hay pocas pruebas de un impacto en los niveles de fecundidad o sus tendencias. La pandemia restringió fuertemente todas las formas de movilidad, incluida la migración internacional.
“Debido a la estructura por edad relativamente joven de la población mundial de hoy, las acciones adicionales de los gobiernos destinadas a reducir la fecundidad tendrían poco impacto en el ritmo de crecimiento de la población entre hoy y mediados de siglo. Sin embargo, una fecundidad baja, sostenida por varias décadas, podría resultar en una desaceleración mayor del crecimiento de la población mundial en la segunda mitad del siglo”, agregó John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Economía y Asuntos Sociales de las Naciones Unidas.
“Esta es una ocasión para celebrar nuestra diversidad, reconocer nuestra humanidad común y maravillarnos de los avances en salud que han prolongado la esperanza de vida y reducido drásticamente las tasas de mortalidad materna e infantil”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres. “A su vez, es un recordatorio de nuestra responsabilidad compartida de cuidar nuestro planeta y un momento para reflexionar sobre dónde aún no cumplimos con nuestros compromisos mutuos”, agregó.
La esperanza de vida se sitúa en los 72,2 años, con una ventaja femenina de 7 años (75,8) frente a los hombres (68,8).
El impacto de la pandemia hizo que la esperanza de vida al nacer se redujera en tres años entre 2019 y 2021. Se espera que para 2050 alcance los 80,6 años, siendo de 78,1 años para los varones y de 83,1 para las mujeres.
América Latina y el Caribe fue la región con el segundo nivel más alto de `fecundidad adolescente, con 53 nacimientos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años. En 2021, la contribución de la fecundidad adolescente a total fue la más alta en América Latina y el Caribe, con un 14%, un nivel aproximadamente un 30% más alto que en África subsahariana.