“La región ha perdido 20 años de lucha contra el hambre. Es un agravamiento de una condición que ya era desastrosa, lo que nos indica que la recuperación pospandemia no ha llegado a los hogares«, señaló el alto funcionario de la FAO.
En 2020, la crisis sanitaria disparó el número de personas en situación de hambre hasta los 52,3 millones, mientras que en 2021 alcanzó a 56,5 millones, el 8,6 % de la población regional.
«Llevamos retrocediendo desde 2015. La mayor catástrofe vino de 2019 a 2020, pero volvemos a tener un leve empeoramiento este año, con casi 4 millones más de personas que pasaron hambre», agregó.
Las cifras corresponden al nuevo informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, publicado por cinco agencias de la ONU que advirtieron este miércoles que cerca de 828 millones de personas sufrió hambre a finales del año pasado.
Del total de personas en esta condición, la ONU señala que América Latina y el Caribe concentra el 7,4 %, más de la mitad vive en Asia y más de un tercio en África.
El Caribe es la subregión que presenta la mayor proporción de población afectada (algo más del 16 %), señala el reporte.
Los países con mayor prevalencia de hambre son Haití (47,2 %), Venezuela (22,9 %) Nicaragua (18,6 %), Guatemala (16 %), Ecuador (15, 4 %) y Honduras (15,3 %), mientras que los menos afectados son Uruguay y Cuba (menos de 2,5 %) y Chile (2,6 %).
Por otro lado, también se disparó la inseguridad alimentaria, que en 2021 alcanzó al 40,6 % de la población (268 millones de personas), un aumento de 1,1 puntos porcentuales con respecto a 2020.
Según Berdegué, este panorama implica que, el año pasado, la región todavía no se había recuperado de los efectos de la covid-19, que deja más de 72 millones de contagios totales y 1,7 millones de fallecidos.
Con récord de muertes, extensas cuarentenas y escasez de equipamiento y atención médica, América Latina, la región más desigual del mundo, fue una de las más afectadas en términos sanitarios y económicos por la crisis sanitaria, que elevó la pobreza al 32,1 en 2021.
A esta crisis se sumarán los impactos de la invasión rusa a Ucrania. El reporte sugiere que el número de personas desnutridas en 2022 podría aumentar en el mundo entre 7,6 millones de personas y 13,1 millones de personas.
Para América Latina y el Caribe, al 2022, esto significaría un aumento de entre 350.000 y 640.000 personas, dependiendo de la gravedad y del futuro del conflicto.
La guerra, detalló Berdegué, está privando al planeta de los alimentos de dos grandes productores, Ucrania y Rusia, que producen maíz, trigo y determinados aceites y fertilizantes, lo que «impacta enormemente subiendo los precios de los alimentos«.
«Esto significa que el hambre y la seguridad alimentaria, en sus distintos grados, ya no son un problema de regiones rurales aisladas o de villas miseria. Ahora el hambre avanza hacia las ciudades y hacia las capas medias» concluyó.