El reporte titulado Global Impact of War in Ukraine on Food, Energy and Finance System (El impacto global de la guerra en Ucrania sobre los alimentos, energía y el sistema financiero) estima que alrededor de 107 economías del mundo –entre ellas 28 de América Latina y el Caribe- están expuestas en distintos grados a los efectos del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
Los expertos de la Fuerza de Tarea del Grupo de Respuesta a la Crisis Global del sistema de Naciones Unidas, identifican que son 107 economías expuestas a al menos una de las tres dimensiones de la crisis: energía, alimentos y financiero. Suman alrededor de 1.7 billones de personas.
De ese universo de países, 69 están entre los más expuestos a los impactos en esas tres dimensiones, entre éstos, 19 de América Latina y el Caribe.
“La guerra está recargando en esas tres dimensiones a algunas de las poblaciones y economías más vulnerables del mundo”, señaló el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, al presentar los resultados del reporte el pasado 13 de abril.
“Estamos enfrentando ahora una tormenta perfecta que intenta devastar las economías de varios países en desarrollo”, agregó, ya que entre las 69 economías severamente afectadas están 25 de África, 25 de Asia y Pacífico y 19 de América Latina y el Caribe. En ese conjunto de naciones viven alrededor de 362 personas en condición de pobreza. Guterres indicó también que el reporte encuentra que hay una correlación directa entre aumento de precios de los alimentos e inestabilidad política y social, por tanto, “nuestro mundo no puede permitirse esto, necesitamos actuar ahora”.
En alimentos, el reporte refiere que un total de 36 países en el mundo importan el 50% de sus demandas de trigo desde Rusia y Ucrania, entre los que están Nicaragua. Peter Nagle, Economista Senior del Banco Mundial, indicó que el mundo está enfrentando el peor shock en el mercado global de los comodities desde 1970. De ese universo de países, 69 están entre los más expuestos a los impactos en esas tres dimensiones, entre éstos, 19 de América Latina y el Caribe.
“Esperamos que los precios de la energía se eleven 50% con respecto a años anteriores. Es un gran incremento, el más elevado desde 2013, cuando el barril sobrepasó los US$100 dólares. Esa volatilidad podría declinar en 2023 y 2024”, dijo.
Por otra parte, el precio promedio internacional del trigo se disparó 40% en 2022 en comparación a años anteriores, lo que refleja la importancia de Rusia y Ucrania como países exportadores de cereales. “Es un tema relevante para países de África y de Medio Oriente, que son grandes importadores de trigo de esos países”, explicó.
CADENA DE SUMINISTROS EN SHOCK
Jan Hoffmann, Jefe de Logística Comercial de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés), señaló a E&N que debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos, así como por empresas multinacionales, hay puertos y empresas navieras que se niegan a servir al mercado de Rusia, lo que ha provocado congestión de contenedores en los puertos de Rotterdam, Hamburgo y Amberes, porque no están trasladando mercancías hacia ese país.
“En el tema de tráfico marítimo de contenedores, el conflicto armado no tiene un impacto muy grande, porque los volúmenes de Rusia y Ucrania no son muy importantes en el comercio global”, apuntó Hoffmann.
“Pero, donde sí tiene un impacto muy grande es en el comercio de petróleo, gas y de cereales. El trigo de Ucrania, por ejemplo, es muy importante para Egipto, país que es gran importador de trigo”, agregó.
Señaló que los fletes marítimos venían disminuyendo porque las compras en línea han disminuido en 2022, sin embargo, reconoció que el aumento en el precio del petróleo y de sus derivados, como el búnker, sí tiene un impacto adicional en el precio de los fletes, ya que es el combustible utilizado en las naves.
FLETES SIGUEN ELEVADOS
Otro factor que afectó la cadena de suministro global fue el prolongado confinamiento en Shanghái, República Popular China, el mayor puerto de buques portacontenedores del mundo, que se extendió a lo largo de dos meses y que oficialmente fue levantado el primero de junio del presente año.
Al momento de realizar la entrevista electrónica con Hoffmann, estimó que el 20% de la capacidad de buques portacontenedores a nivel global se encontraba esperando en los puertos congestionados, la tercera parte en el puerto de Shanghái, y el resto en los puertos de Nueva York y Los Ángeles.
El Jefe de Logística Comercial de la UNCTAD valoró que el confinamiento en Shangai tuvo un impacto negativo para los fletes de importación y exportación, además que afectó a la industria manufacturera global, ya que desde la capital económica de China se exportan los suministros para la manufactura mundial, desde chips hasta materia prima para la industria del plástico.
Para ilustrar el impacto, Hoffmann indicó que el promedio del flete marítimo en la última década hasta 2020, desde Shangai a la Costa Este de Norteamérica, correspondía a US$3.052, sin embargo, en el presente año, ese flete tiene un valor de US$10.893.
Asimismo, el flete de un portacontenedor desde Shangai hasta la Costa Oeste de Norteamérica pasó de US$1.856 a US$7.993 en el periodo antes señalado.