Tarcila Rivera, líder indígena peruana y defensora de derechos humanos.- "¿Cómo hacer para que los ricos que se llevan los recursos para el bolsillo propio entiendan que cuando se vayan al cielo, al infierno o al corazón de la pachamama (madre tierra) no se van a llevar lo que han generado?".
En entrevista con EFE durante una reciente visita a Uruguay para participar en un foro internacional, la presidenta del Centro de Culturas Indígenas del Perú no duda de que esta riqueza se genera "a costa de depredar los recursos no renovables y a costa de una distribución injusta de las ganancias y utilidades de la industria".
La activista de 71 años, que integró entre 2017 y 2019 el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, va más allá y subraya que las grandes corporaciones que explotan los recursos del continente "evaden impuestos", en lugar de pagárselos a los Estados para que las poblaciones de esos países tengan mejor calidad de vida.
MODELO EN CRISIS
La quechua, una de las más destacadas líderes a nivel mundial, entiende que este modelo genera "una crisis tremenda" desde diversas perspectivas: económica, climática y de valores. Explica que la crisis económica refiere a que los gobernantes "siempre dicen que no alcanzan los dineros públicos para toda la población", pero continúa: mientras que "la crisis climática
es terrible, ya nadie se salva, ni ricos, ni pobres".
"Están depredando todos los recursos naturales que los pueblos indígenas hemos cuidado durante cientos de años", sentencia Rivera, quien fue reconocida en 2011 por la Fundación Ford por su labor con Chirapaq, una organización social creada por ella.
Según un informe de Unicef de 2018, Perú es el cuarto país en número de pueblos indígenas, con 43 (3,9 millones de personas) de los 522 que hay en toda Latinoamérica. De ellos, 241 pueblos están en Brasil, mientras que el país con mayor población indígena es México, con 9,5 millones de personas de 67 pueblos diferentes.
La líder nacida en San Francisco de Pujas (Ayacucho, Perú) asegura que el impacto del cambio climático hace que se pierdan conocimientos tradicionales, plantas medicinales y semillas para la producción de alimentos. Y no solo eso, sino que asegura que los pueblos indígenas también pierden el "derecho a seguir viviendo" en sus territorios.
Asimismo, se refirió a la crisis de valores dado que, en las sociedades occidentales actuales, "hay mucha corrupción, mucho aprovechamiento, mucha injusticia", además de una crisis del concepto de "vivir en paz", en alusión a las guerras y provocaciones de inestabilidad e inseguridad.
IDEOLOGÍA DEL RACISMO
Rivera, quien integra el Grupo Iniciativa Indígena por la Paz, liderado por Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992, reflexiona sobre el ejercicio del poder pues entiende que los gobernantes aplican una ideología del racismo y la discriminación. "¿Por qué no se destina la misma cantidad de presupuesto para un sector rural que merece la
misma calidad de vida y de educación que, por ejemplo, los sectores urbanos de clase media alta?", cuestiona Rivera.
La activista denuncia así una "mala distribución" de los fondos públicos y asegura que las sociedades y los colectivos indígenas deben ser conscientes de sus derechos para que los gobernantes "no hagan lo que les de la gana".
Por eso, exhorta a reclamar y exigir claridad para saber cómo se gastan los fondos públicos y para que los que "sacan recursos" naturales de estos países aporten a una distribución más equitativa.
SOLIDARIDAD COMO ESPERANZA
A su entender, la pandemia por covid-19 dejó "una gran lección" al mostrar la "brecha entre los que tienen y los que no tienen", así como al evidenciar "la falta de inversión en salud para el sector popular.
No obstante, Rivera celebra que la reacción de las personas frente a las adversidades de estos dos años haya sido de “solidaridad” y de “crear soluciones” desde los colectiva, algo muy “valioso” para la sociedad.
Sin embargo, la líder indígena dice tener “mucha esperanza” puesto que los encuentros activistas sociales, como el que participó en Uruguay, impulsado por el movimiento internacional de combate a la pobreza Emaús, son instancia “reenergizantes y que nos devuelve la fe”