Datos recopilados por la Organización Internacional para las Migraciones revelan que desde el 2014 a 2021 se reportó la muerte de 80 migrantes en el Tapón del Darién. Solo el año pasado se registraron 51. Los venezolanos, ahora, son los que más cruzan la densa selva.
El tránsito de migrantes en busca de seguridad y estabilidad en Estados Unidos o Canadá sigue creciendo a pesar de los peligros a los que se enfrentan los migrantes en los peligrosos caminos de la jungla en el Tapón del Darién.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportan que son cada vez más las personas que recorren el Tapón del Darién en busca de seguridad y estabilidad; entre ellas se encuentra un número creciente de personas venezolanas.
Además, el Consejo de la Mujer de Centroamérica y República Dominicana (Commca) del Centro de la Integración Centroamericana (SICA) advirtió esta semana que las mujeres migrantes no solo se enfrentan la discriminación como una vulneración de sus derechos humanos sino también el eminente riesgo de ser el principal objeto de violaciones sexuales, secuestro, prostitución y trata de personas.
El flujo de migrantes crece previo a que los Estados Unidos se está “preparando” ante un posible repunte en la llegada de migrantes, tras anunciar este viernes que levantará en mayo próximo el polémico Título 42, una norma por la que ha estado expulsando de forma exprés a los indocumentados que llegaban a su frontera, bajo el pretexto de la pandemia.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) publicaron un aviso donde informan de que el próximo 23 de mayo dejará de aplicarse el Título 42, al no considerarlo necesario por más tiempo.
La cifra total de personas que han cruzado la selva del Darién, en los dos primeros meses del 2020, se ha triplicado en comparación con el mismo periodo el año pasado: de 2,928 en los primeros dos meses de 2021 a 8,456 en el mismo lapso en 2022. La cifra de este año incluye 1,367 niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con las estadísticas de las autoridades panameñas, el número de personas de Venezuela que cruzó el Tapón del Darién en los primeros dos meses de 2022 (alrededor de 2,500) casi sumó el total de 2021 (2,819 personas).
El Tapón del Darién, que delimita la frontera entre Colombia y Panamá, comprende 5,000 kilómetros cuadrados de jungla, ríos y montañas escarpadas, topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes. Cruzar esta región puede tomar hasta diez días para las personas en mayor situación de vulnerabilidad, quienes se encuentran expuestas a amenazas naturales y también a grupos criminales que perpetran violencia, incluyendo abusos sexuales o robos.
Tan solo en 2021, se reportó la muerte o la desaparición de 51 personas, según datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM. Desde el 2014, que se tiene registro, han muerto 80 migrantes. Las causas de muerte están clasificadas como ahogados, falta de atención de salud y otras sin identificar.
Muchas de las personas que cruzan la región del Darién —por lo general, adultos jóvenes y familias– llegan a comunidades indígenas de difícil acceso con hambre y deshidratación, exhaustas y requiriendo atención médica.
Las autoridades sanitarias de Panamá y la OIM iniciaron un proyecto piloto enfocado en el fortalecimiento y atención sanitaria a la población migrante.
Este plan es parte del Fondo de la OIM para el Desarrollo, y se trata de un proceso de certificación de Centros de Salud Amigables para personas migrantes, el cual viene acompañado de capacitaciones y entrenamientos y a la vez garantiza el trabajo en conjunto alineado con los objetivos de ambas partes.
ACNUR y OIM reconocen los esfuerzos positivos del Gobierno de Panamá para brindar asistencia y reiteran su compromiso para apoyar a las autoridades con el fin de garantizar el acceso a ayuda y protección para todas las personas con necesidades, incluidas las comunidades de acogida.
Si bien muchas personas venezolanas que atraviesan esta peligrosa ruta solían vivir en otros países de acogida en América del Sur, un número creciente proviene directamente de Venezuela.
Personas refugiadas y migrantes de diversas nacionalidades han cruzado el Tapón del Darién durante años. En ese sentido, en 2021 se registró una cifra nunca antes vista de personas que pusieron sus vidas en riesgo atravesando la densa jungla entre Centroamérica y América del Sur. Alrededor de 133,000 personas hicieron la travesía el año pasado, la mayoría de los cuales provenía de Haití, incluyendo su descendencia nacida en Chile y Brasil, seguidos de cubanos, venezolanos y personas de lugares tan alejados como Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal.
En respuesta al creciente número de personas que cruzan la región del Darién, ACNUR, OIM y sus socios están ampliando su respuesta en Panamá, donde apoyan con albergues temporales en centros de recepción que opera el gobierno. Asimismo, entre otras cosas, proporcionan colchones, mantas, lámparas solares y kits de higiene a comunidades locales y personas en situación de movilidad humana. Ambas agencias continúan colaborando estrechamente con las instituciones gubernamentales para garantizar el acceso a los sistemas de asilo en toda la región.
La Conferencia Regional sobre Migración (CRM) reconoció el liderazgo de Panamá en temas del manejo de flujo migratorio irregular, luego que en marzo realizó una gira de trabajo en la provincia de Darién para conocer la situación de los migrantes irregulares en la región.
Según cifras oficiales hasta el 24 de marzo, en Darién se reportó el flujo migratorio de 12,874, una cifra que podría crecer.
Una delegación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) realizó en marzo, una visita a la provincia de Darién para supervisar las medidas provisionales impuestas en temas de proteger los derechos a la salud, integridad personal y vida de las personas de recepción migratoria.
La CorteIDH ordenó a Panamá la ejecución de medidas provisionales ordenadas en el Caso Vélez Loor y valorar la solicitud efectuada por Panamá respecto a su levantamiento.
A la inspección asistió el presidente de la Corte, Ricardo Pérez Manrique, el vicepresidente Humberto Antonio Sierra y la jueza Nancy Hernández. Además del secretario Pablo Saavedra, la secretaria adjunta Romina I. Sijniensky y el asesor de la presidencia, Bruno Rodríguez.
El caso se remonta a las resoluciones del 29 de julio de 2020 y 24 de junio de 2021, en el cual la Corte Interamericana adoptó medidas provisionales para proteger los derechos a la salud, integridad personal y vida de las personas en tres estaciones de recepción migratoria (La Peñita, Lajas Blancas y San Vicente), así como en la comunidad receptora de Bajo Chiquito, todas en el Darién.
ACNUR y OIM hacen un llamado para aumentar el apoyo y la inversión en comunidades de acogida, con el fin de fortalecer los servicios que benefician tanto a las personas refugiadas y migrantes como a la población local.