El canciller de Venezuela, Félix Plasencia; el canciller de Suriname, Albert Ramdin; el presidente del centro de investigación Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), Sergio Alcocer; el secretario general de la Asociación de Estados Caribeños (AEC), Rodolfo Sabonge, y el experto turco en Latinoamérica Mehmet Necati Kutlu participaron en el panel ‘Reenergizar el dinamismo en Latinoamérica y el Caribe’, en el marco del Foro de Diplomacia de Antalya, en Turquía.
En el evento, al que asistieron también los embajadores de Brasil, Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Venezuela en Turquía, los líderes advirtieron sobre los impactos de la guerra en Ucrania en su región y destacaron el importante papel cooperativo que Turquía ha asumido.
Alcocer, que lidera el centro de investigación sobre relaciones internacionales COMEXI, advirtió sobre los efectos inmediatos del conflicto en Ucrania en el mundo, incluidos la subida de los precios de los alimentos y la caída de diversas monedas.
Recordó además que las naciones de Latinoamérica y el Caribe, zona habitada por aproximadamente 650 millones de personas, firmaron en 1967 el tratado de Tlatelolco, que prohíbe el desarrollo, adquisición, ensayo y emplazamiento de armas nucleares en la región.
Por su parte, Ramdin indicó que la crisis en el este de Europa tiene efectos a corto plazo como las dificultades en el suministro y el consecuente aumento de los precios del trigo, aceite, y otros elementos, así como efectos a largo plazo, incluso después de la culminación del conflicto, incluidos los problemas derivados por la interrupción de la logística de importación.
Agregó que la proximidad de la región a EEUU, ferviente detractor de Rusia, causará también un impacto visible en el presente y futuro cercano.
Ramdin señaló además que la crisis en Ucrania solo aumentará el impacto de la pandemia de la COVID-19, la cual algunos países de la región hasta ahora estaban superando, y los problemas generales que padecen las naciones latinoamericanas y caribeñas como el cambio climático y la desigualdad.
Agregó que, para superar estas crisis consecutivas, Latinoamérica y el Caribe debe tener una agenda de cooperación y enfocada hacia la autosuficiencia, y establecer instituciones estatales más fuertes para el desarrollo.
Por su parte, Sabonge destacó que, además de lo expuesto por el canciller de Suriname, la región aún estaba lidiando con los efectos de la crisis económica mundial de 2008 que afectó especialmente al sector turístico de las naciones caribeñas.
“La situación en Ucrania solo agravará lo que ya había causado el COVID-19 a la cadena de suministro y el aumento de los costos de transporte. Esta es una situación que causará mayor disminución del transporte marítimo y aéreo”, acertó el jefe de AEC, una asociación para el desarrollo sostenible, fortalecimiento e integración de los países de la zona del mar Caribe.
Enfatizó que “hoy, más que nunca”, es necesario que la región trabaje unida y abogue por la cooperación internacional.
En este contexto, el canciller venezolano recordó que su país ha liderado un gran número de alianzas para el trabajo conjunto en la región, incluidas el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (CELAC) y Petrocaribe, y que pertenece a Mercosur.
Al comentar sobre el reciente acercamiento de la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, Plasencia recordó que las sanciones de EEUU contra Venezuela han dificultado la producción del petróleo del país.
“Venezuela es un productor de petróleo histórico y nuestra industria de crudo estaba diseñada para abastecer al mercado estadounidense, el producto estaba adaptado para ser refinado en EEUU”, aseguró.
El funcionario venezolano resaltó que su Gobierno no expulsó a las empresas petroleras de EEUU ni de ningún otro país, por lo que la posibilidad de que regresen a territorio venezolano y hagan negocios es “una dinámica regular”.
Al abordar la apertura que ha tenido Ankara en la región en las últimas dos décadas, Saboge indicó: “Turquía es uno de los países observadores de nuestra asociación que ha colaborado más, tanto en el tema de turismo como en otros temas de cooperación internacional”.
Alcocer, por su parte, señaló que Turquía es un país observador de la Alianza del Pacífico y que lidera la asociación informal entre México, Indonesia, Corea del Sur y Australia.
Por su parte, Necati destacó que la distancia entre Turquía y Latinoamérica es relativa, ya que, mientras que geográficamente se encuentran lejos, histórica y culturalmente están muy cerca.
Indicó que Ankara muy pronto contará con 18 embajadas y ocho destinos en la región con la aerolínea insignia Turkish Airlines, y que el volumen comercial ha pasado de menos de USD 1.000 millones hace más de 20 años a cerca de USD 15.000 millones ahora.
Agregó que la lejanía física ha disminuido aún más gracias al impulso en la digitalización que causó el COVID-19 y que su país se está abriendo camino en el sector de la infraestructura en todo el mundo.
El académico resaltó el importante papel de las telenovelas turcas en el acercamiento con Latinoamérica, al señalar que han tenido gran impacto en muy poco tiempo.