El aumento de las inversiones en América Latina y el Caribe se ha mantenido en constante crecimiento en la últimos 30 años, con mejores resultados en 2015 y 2019 cuando alcanzó un 37% con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB).
Las inversiones en la región podrían tener una mayor proyección, si se aplican tres pilares fundamentales propuestos por la CAF: reducción de aranceles, costos aduaneros y facilitación de comercio; proveer infraestructura de transporte ; y regulaciones domésticas y regionales que impulsen la integración productiva de las economías.
El primer eje, ligado a la reducción de los niveles de aranceles aplicados unilateralmente, señala que en algunos casos, los mismos son “todavía altos (notablemente en la Caricom y el Mercosur); al igual que la disminución de los costos aduaneros y de frontera a través de iniciativas de facilitación de comercio”.
“El vaso está medio lleno; el comercio intrarregional es bajo, pero hay espacio para crecer… el 85% del comercio de la región está liberalizado. Los esfuerzos para bajar aranceles han sido importantes”, dijo Pablo Sanguinetti, vicepresidente de conocimiento de CAF.
El segundo aspecto consiste en “proveer la infraestructura de transporte necesaria para mejorar la integración física entre los países, incluyendo aquella que favorece la integración energética”.
Sobre este punto, la agenda de la CAF, platea, entre otros, “mejorar la calidad de las vías, pues si la velocidad del transporte terrestre fuera en promedio 90km/h, el comercio podría multiplicarse por diez, y que las regulaciones no sean restrictivas”.
Además, en el informe se puede apreciar que América del Sur enfrenta en el comercio intrarregional costos de transporte de sus exportaciones un 15% superiores a los de otras regiones, “aportando evidencia del rol de los costos de transporte como determinante del bajo nivel del comercio intrazona. A nivel extrarregional, sin embargo, no se observan diferencias de costos relevantes entre América del Sur y la UE. Esto apunta a que el mal desempeño de la infraestructura de transporte afecta principalmente al comercio intrarregional, donde el transporte terrestre tiene un rol preponderante”, destaca el texto.
El tercer eje se refiere a las regulaciones domésticas y regionales que pueden impulsar la integración productiva entre las economías y la promoción de la participación de las empresas en cadenas regionales de valor, "los avances hacia una integración regional en esta materia energética han sido dispares. En Centroamérica se dio un paso significativo con la conformación de un mercado eléctrico regional y la finalización de la interconexión física entre los seis países involucrados.
América del Sur, en cambio, solo ha avanzado en interconexiones bilaterales (más en la subregión andina que en el Cono Sur), donde el uso promedio de la capacidad de interconexión no llega al 10%, salvo entre Ecuador y Colombia, donde alcanza el 30%, y el aprovechamiento de recursos comunes, como son las represas hidroeléctricas binacionales (sobre todo, en el Cono Sur)."
En el RED2021 se plantean distintas acciones posibles para promover la integración de la producción en temas centrales como las reglas de origen, las políticas dirigidas a promover la inversión extranjera directa o los regímenes especiales de importación, entre otros.
“Los procesos de integración requieren de una institucionalidad y capacidades estatales para su diseño e implementación. Estos deben alinear los intereses de sectores que se beneficiarán de estas iniciativas y al mismo tiempo, servir para reducir los costos y reconvertir aquellas actividades que podrían enfrentar mayor competencia. Para ello se requieren recursos, pero también capacidades de coordinación entre diferentes agencias estatales, con el sector privado y con otros gobiernos socios de estas iniciativas”, puntualizó Sanguinetti.
En números, el comercio intrarregional en América del Norte llega al 45% una cifra bastante buena, e incluso mayor a Asia del Este y el Oeste, pero inferior a Europa.
“El mercado regional todavía no ha sido un espacio que las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, hayan podido aprovechar para integrarse comercial y productivamente, y que ello brinde oportunidades de expansión de sus ventas y el empleo. Las razones de estas fallas se deben al avance incompleto en varias de las políticas de liberalización comercial”, afirmó Sanguinetti.
“Impulsar la integración regional y elevar la inserción de las empresas son algunos de los retos que tiene América Latina por delante en la materia”, destacó el informe.