Una encuesta a los 25 países miembros del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) sirvió como punto de partida para encontrar ese lugar común en la región en la detección de sus necesidades: recuperación económica, digitalización y desarrollo social, tres ejes que marcan el punto de partida que persigue un objetivo, lograr más y mejor integración.
El Consejo Latinoamericano celebrado el pasado 30 de noviembre marcó una ruta de trabajo a seguir por el SELA, luego de la aprobación del programa plurianual de la Secretaría y de su reestructuración que busca relanzar a un organismo comprometido con América Latina y el Caribe y muy especialmente con las poblaciones vulnerables y en riesgo.
Las cifras que deja este 2020-2021 son claras y las acciones del SELA también. Cerraron más de 2,7 millones de pequeñas y medianas empresas (pymes), se perdieron más de 8,5 millones de puestos de trabajo y se contrajo el comercio en 9,2%, todo esto resultando en una contracción de 7,0% del Producto Interno Bruto (PIB).
En cuanto a la digitalización se estima que 32% de la población no tiene acceso a internet, 67% de las escuelas no tienen una velocidad de conexión suficiente y 50% de los países no tienen una agenda de digitalización avanzada. En términos generales, el desarrollo de un ecosistema digital se ubica en una etapa intermedia como expresión de la variada gama de tareas pendientes.
Frente a esta realidad el SELA detectó las áreas prioritarias, agrupó los ejes temáticos propuestos y sugirió los mecanismos para su atención en un plan plurianual que contempla estrategias de trabajo para dinamizar los sectores productivos estratégicos, así como dotar de herramientas que faciliten el diseño de políticas públicas efectivas.
El Secretario Permanente del SELA, embajador Clarems Endara, ha insistido en los distintos foros, en la necesidad de asentar planes regionales que respondan realmente a lo que América Latina y el Caribe necesita de los organismos de integración regional.
Más y mejor integración es la línea de acción por la que se regirá este organismo que tiene la responsabilidad de contribuir a la superación de la crisis existente a través de una agenda novedosa pensada para fortalecer las capacidades de los países de nuestra región y así superar la pandemia, fortalecer la resiliencia y enfocarse en temas que generen opciones institucionales novedosas para mejores políticas públicas y buenas prácticas.
Tres son los roles que el SELA asumirá para el logro de los objetivos propuestos: articulador, capacitador y propositivo. Repensar la región conlleva la responsabilidad de ponerse en el lugar no solo de sus Gobiernos sino principalmente de sus ciudadanos, para ello el SELA en 2022 ejecutará un conjunto de programas que le permitan acelerar una reactivación económica que conduzca a un mejor calidad de vida en América Latina y el Caribe y así contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.