La sostenibilidad y el reciclaje son elementos que día a día toman un mayor protagonismo en la sociedad, la agenda de los gobiernos y la estrategia de negocios de las organizaciones. Ejes sobre los cuales se buscan plantear acciones para garantizar la protección y salud de nuestro planeta. Más aún, en tiempos en los que las problemáticas ambientales son cada vez más evidentes y preocupantes.
Una coyuntura que no da espera, y sobre la cual países y entidades han entendido que deben establecer mecanismos los cuales al masificarse den los resultados esperados. Una de estas alternativas es la economía circular.
Este año, ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe dieron nacimiento a la Coalición de Economía Circular. Una iniciativa en la que Colombia, Costa Rica, Perú y República Dominicana son parte del primer comité directivo, y se están generando acciones para la adecuada extracción, uso y manejo de los recursos.
Es esencialmente un organismo que propone un modelo económico resiliente, diverso e inclusivo para la recuperación en era poscovid.
Por otro lado, encontramos el caso de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), con el proyecto Visión 30/30, del cual hacen parte 270 empresas de 26 sectores productivos, que buscan generar nuevas oportunidades de negocio a través del tratamiento y aprovechamiento de materiales como el papel, cartón, plástico, vidrio y metal. En su primer año, se recolectó más de 30 mil toneladas de residuos, envases y empaques, los cuales fueron transformados para convertirse en nuevos insumos y productos.
Estos son solo algunos ejemplos que nos ayudan a entender cómo la economía circular es una tendencia que, pese a que varios se han unido en pro para incentivarla, aún queda camino por recorrer para que la sociedad y la industria tomen conciencia que mitigue los efectos en la naturaleza. Más aún cuando nos encontramos en una dinámica de consumo que incentiva la producción masiva, empleando millones de materias primas agotando los recursos naturales.
Ante este preocupante panorama, es indispensable establecer alternativas de producción que utilicen materiales biodegradables, los cuales retornen a la naturaleza una vez su ciclo útil haya finalizado, así como minimizar el uso de combustibles fósiles y desarrollar sistemas de generación de energía renovables no convencionales.
En Schneider Electric hemos interiorizado este mensaje, por lo que desarrollamos políticas estrictas que respondan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas con Schneider Sustainability Impact (SSI), un documento que fija compromisos para el manejo responsable y sostenible de la operación y de la cadena de suministro.
Siendo así establecimos 3 compromisos locales para los próximos 5 años para mejorar la seguridad eléctrica en el hogar; sensibilizar y educar sobre seguridad eléctrica a comunidades desfavorecidas y reducir la huella de carbono de colaboradores.
No le demos la espalda a esta problemática, el futuro está en nuestras manos consolidando una economía y una industria con un alto componente sostenible.
Saulo Spolanse
Presidente para el Clúster Andino de Schneider Electric