En correspondencia con la estrategia económico-social del país el pasado 7 de agosto el Consejo de Estado aprobó el decreto-ley sobre esas organizaciones, que facilita su inserción de forma coherente en el ordenamiento jurídico, como un elemento más dentro de la transformación productiva del país.
Tales organizaciones se perfilan como entidades ajustadas a las características de la economía cubana bajo formato estatal y privado, e incluso podrán ser mixtas, con un mismo modelo de gestión, aunque con diferencias tributarias y legales.
Junto a esa regulación también tendrá vigencia el nuevo marco legal para la transformación de las cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia (privado), con lo cual el país incorpora fuerzas productivas a su modelo económico.
Como expresa el viceprimer ministro y titular del MEP, Alejandro Gil, el objetivo es alcanzar una economía eficiente y diversificada y con mayor competitividad para que se mueva por mecanismos menos administrativos y sí por incentivos financieros.
Con esta decisión Cuba no está creando un sector de segunda clase ni de subsistencia, sino uno que aporte al producto interno bruto e impacte en el empleo y las exportaciones, por lo cual la aspiración es respaldarlas con una amplia base tecnológica para que contribuyan al desarrollo económico y social del país.
Muchos fueron los elementos tomados en cuenta y las trabas eliminadas para no frenar su avance, como lo muestra la posibilidad de poder asociarse con capital foráneo o de cubanos, residentes permanentes en el país o fuera de él, y de constituir una empresa mixta, lo cual no se contradice con las políticas aprobadas.
Se trata de un proyecto que incluye al sector estatal y al privado para dinamizar la economía según lo previsto en la Ley de Inversión Extranjera, a lo cual se suma la capacidad otorgada a las mipymes, cooperativas y trabajadores de exportar e importar, a través de entidades estatales autorizadas para esa actividad.
De gran relevancia resultan también las pautas trazadas para impedir la concentración de la propiedad y la riqueza en actores no estatales o personas naturales al establecer ser socio de solo una mipyme.
Es una disposición, recogida en las normas jurídicas y responde al diseño del sistema socialista cubano, aunque su objeto social es amplio y pueden dedicarse a cuantas actividades están autorizadas y pueden realizar.
La creación de esas entidades se priorizará en la producción de alimentos, las empresas de base tecnológica relacionadas con manufactura aditiva, robótica, la generación de nuevos materiales y en parques tecnológicos.
Incluye proyectos también de desarrollo local coherentes con la política de desarrollo territorial y toda la economía circular, que tiene como punto esencial emplear materias primas nacionales.
Y para facilitar su implementación también está disponible desde hoy la Plataforma de Actores Económicos (PAE), diseñado por el MEP, como principal vía para realizar, desde cualquier lugar del país y vía online, las solicitudes de constitución de las mipymes y cooperativas no agropecuarias .
A través del enlace https://pae.mep.gob.cu y desde un teléfono celular o computadora los interesados podrán realizar los trámites pertinentes, mediante una forma ágil y simplificada.