El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) emitió sus primeros bonos azules de doble tramo, denominados en dólares australianos y neozelandeses, para financiar proyectos relacionados con la salud de los océanos en Asia y el Pacífico.
La emisión “es un nuevo hito para las finanzas oceánicas sostenibles, y refleja las necesidades y nuestro apoyo a largo plazo para el sector”, dijo la vicepresidenta de Finanzas y Gestión de Riesgos del BAD, Ingrid van Wees.
Organizada por el gigante financiero estadunidense Citigroup y adquirida en su totalidad por la aseguradora japonesa The Dai-chi Life Insurance Company, la emisión contempla bonos a 15 años por 208 millones de dólares australianos (151 millones de dólares estadounidenses).
Igualmente, bonos a 10 años por 217 millones de dólares neozelandeses (otros 151 millones de dólares estadounidenses), gestionada por la red bancaria francesa Crédit Agricole y comprada por otra firma japonesa de seguros, Meiji Yasuda Life Insurance Company.
Los bonos, llamados de doble tramo al contemplar distintas fechas de vencimiento y posibilitar así remuneraciones diferentes en lapsos distintos, siguen la línea de los bonos verdes, que durante casi dos décadas han financiado proyectos de energías renovables, eficiencia energética, transporte limpio o gestión de los residuos
Cuando se emite un bono azul se adquiere el compromiso de invertir los fondos en soluciones comerciales para la salud oceánica, de agua dulce o para mejorar el acceso al agua y al saneamiento.
En el caso del BAD, los nuevos bonos son parte de su plan de acción para océanos saludables y economías azules sostenibles, el cual lanzó en 2019 y busca apalancar inversiones sostenibles y asistencia técnica en las aguas de Asia y el Pacifico por al menos 5000 millones de dólares hasta el año 2024.
Un ejemplo de proyecto elegible para ser financiado con los nuevos bonos azules es el de conversión de desechos en energía de Malé, isla del turístico archipiélago de las Maldivas en el océano Índico, para detener el flujo de plásticos y otros desechos al océano y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otro es el proyecto de protección ecológica del río Xin An, en la provincia de Anhui, este de China, para reducir la contaminación “desde la fuente hasta el mar”, en este caso el Pacífico, mediante el apoyo a la agricultura ecológica y el control del uso de pesticidas y fertilizantes.
El plan del BAD busca “ampliar el apoyo necesario para que sus países miembros en desarrollo inviertan en océanos saludables, garanticen el logro del ODS 14 y contribuyan a la seguridad y prosperidad de la región”, dijo su vicepresidente de Gestión del Conocimiento y Desarrollo Sostenible, Bambang Susantono.
El 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es uno de los 17 pautados por las Naciones Unidas con miras al año 2030, y dispone que se debe trabajar por conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.
Según el BAD, la brecha de financiamiento para apoyar océanos saludables se ensancha cada año y la escala del problema “requiere un salto de pequeñas transacciones a acuerdos de mercado transformadores”.
Por ello, la institución multilateral considera que los productos financieros innovadores como los bonos azules diversifican y amplían la base de inversores, aumentando la cantidad de capital que se puede invertir en la salud de los océanos.
Las ganancias obtenidas al invertir los recursos de los bonos azules se utilizarán en ayudar proyectos de restauración de ecosistemas oceánicos, gestión de recursos naturales, reducción de la contaminación costera, y pesca y acuicultura sostenibles, en los 40 países en desarrollo de la región, indicó finalmente el BAD.