Centroamérica y México se enfrentan a una presión sin precedentes por el gran número el número de personas que buscan protección internacional.
El acceso al asilo y al territorio se está limitando a través de preocupantes restricciones fronterizas, dijo Gillian Triggs, responsable de protección de ACNUR al concluir una misión de dos semanas en la región.
La violencia, unida a las dificultades económicas y a los efectos del cambio climático, ha obligado a casi un millón de personas de El Salvador, Guatemala y Honduras a huir de sus hogares.
Triggs destacó la necesidad de que los Estados no sólo proporcionen protección a los refugiados, sino de que también ofrezcan vías regulares de migración.
ACNUR, además, ha hecho un llamamiento al gobierno de Estados Unidos para que ponga fin a las limitaciones relacionadas con la salud pública del Título 42, por el que las personas extranjeras que traten de ingresar a Estados Unidos por vía terrestre, son devueltas inmediatamente a México o a su país de origen, y para que restablezca el derecho a solicitar asilo en Estados Unidos.