Bajo el lema construir resiliencia más rápido, la cita se desarrollará íntegramente de forma virtual con la participación de más de 150 países y buscará soluciones concretas a los mayores retos mundiales relacionados con el agua, y con un llamamiento a la transformación masiva de las sociedades para afrontarlos.
El director ejecutivo del Stockholm International Water Institute, organizador del evento, Torgny Holmgren subrayó en el discurso inaugural el papel crucial del preciado líquido para esos cambios y alcanzar las metas climáticas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
También el profesor Johan Rockström, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, describió el impacto del agua potable en la transformación que el hombre provoca en el clima y la biodiversidad, a la cual identificó como uno de los nueve límites planetarios que no deben cruzarse.
Para la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, el mundo no va por buen camino para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 'antes de la Covid estábamos desviados y después de la Covid estamos aún más, pero la recuperación podría devolvernos al buen camino. Hay un resquicio de esperanza'.
Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado a principios de este mes, el nivel actual de población del planeta supone un enorme estrés para su sostenibilidad por la demanda de agua, alimentos y energía, junto con pérdidas considerables de biodiversidad.
No obstante, el crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce, cuyo acceso ya está en riesgo para el 80 por ciento de los que habitan en el planeta.
Esto requerirá un importante esfuerzo en infraestructuras y tecnología, pero también en políticas de distribución y fijación de precios de ese recurso, porque cuando el suministro se convierta en limitante, llevará a la reducción de actividades económicas e incluso a conflictos en torno a cuencas hidrográficas, aseguró el IPCC.