Los ciudadanos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú pueden desde este miércoles residir, trabajar y circular libremente entre esos cuatro países, un "hito histórico" en la integración regional, según explica el secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Jorge Hernando Pedraza.
La denominada "decisión 878" impulsada por la CAN, que establece el Estatuto Migratorio Andino, abre la puerta a "una novedosa integración" de los 111 millones de habitantes del espacio regional, con implicaciones tanto sociales como económicas que hablan "de un avance sólido de la conquista de la ciudadanía andina".
Entra en vigor el Estatuto Migratorio Andino. ¿Qué significa este paso?
Esta es una norma reveladora, es un "hit", un episodio importantísimo que beneficia a 111 millones de ciudadanos andinos y que consiste en generar la posibilidad de movilidad en cualquiera de los sentidos.
Tendremos la posibilidad de que nuestros turistas puedan entrar por 90 días, extensibles a otros 90 días; que los residentes temporales puedan permanecer dos años, prorrogables por otros dos años. Y es un mecanismo que permite de forma inmediata asumir la residencia permanente.
Es una novedad, algo que permite contribuir verdaderamente a la integración de la población andina.
¿Qué pueden hacer a partir de ahora los ciudadanos de la CAN?
Este hito va a permitir una verdadera integración de la ciudadanía. (...) En el momento que se cumpla, con un trámite rápido y expedito en el consulado del país donde se encuentre, se podrá hacer el trámite para la residencia permanente.
Va a permitir, además, tener la posibilidad del ejercicio de actividades profesionales, en el país donde uno se encuentre.
Es una norma muy facilitadora, que va contribuir de forma muy eficaz no solo en estos tiempos de postpandemia a que también tengamos un mejor nexo social y una integración de las sociedades andinas, sino también da unos preceptos que contribuyen a una reivindicación de nuestra economía.
¿Qué implicaciones tiene para la CAN un paso de este calibre?
Este estatuto genera una verdadera integración de la sociedad andina. Es una verdadera acción de movilidad humana e integración que permite que seamos los mismos, independientemente de donde nos encontremos.
Que todos sientan que ésta es su casa, su ciudadanía y territorio y que tienen en consecuencia esa capacidad para moverse o para instalarse libremente, ya sea por turismo o por una residencia temporal o permanente.
Es un paso mucho más grande y avanzado en lo que podríamos hablar de la sólida conquista de la ciudadanía andina.
Y tras este hito, ¿qué queda?
Al lado de este hito, u otros como lograr la liberación de los costos del "roaming" internacional en llamadas telefónicas, o la carta ambiental, vienen nuevos desarrollos que complementan estas decisiones.
Trabajaremos con la presidencia "pro tempore" en la búsqueda de la portabilidad laboral y académica. Esto es, que una persona que trabaje en Colombia, si se traslada, tenga los mismos derechos, acreencias y accesos a su seguridad social y pueda ejercer su labor con los mismos derechos y privilegios que si estuviera en su país de origen.
Es decir, hacer extensivas las mismas condiciones a los trabajadores. Y lo mismo con los estudiantes, que un joven que esté estudiando en una universidad y en razón de una circunstancia se tenga que trasladar, no tenga que revalidar ni su título ni sus calificaciones.
Que evidentemente su título profesional y sus notas y créditos sean suficientes para ingresar en otra universidad o que su título académico valga igual y sea equivalente al de cualquier otro del país de acogida.
Que tengan la misma validez y permita ingresar en las mismas condiciones que cualquier connacional a una fuente de trabajo.
¿Qué tan cerca estamos de esto?
Estamos avanzando ya, se trabajó mucho y esperamos que, superadas algunas dificultades en temas de calidad educativa para nivelar nuestros países bajo esos rigores, podamos avanzar de forma pronta y sistemática.
El mecanismo para el Estatuto Migratorio tardó 8 años en poderse aprobar y, si bien es cierto que hubo discusiones y disparidades, lo hemos logrado y ya tenemos movilidad con identidad de propósito.
¿Y la integración económica?
Hemos avanzado con normas en la pandemia; con rapidez actuamos para convertir la dificultad en una oportunidad.
Tenemos una fortaleza, y es que producimos alimentos, mientras otros, como China, Japón y Alemania hacen tecnología. No vamos a competir con ellos.
Tenemos una despensa que esperamos sea la despensa alimentaria del planeta y se acordaron varias normas de facilitación del comercio, para las mipymes, de mitigación de aspectos para evitar contactos interpersonales fronterizos... Es decir, la transformación digital, y eso se transforma en competitividad y fortalece las cadenas de valor agregado para que tengamos más y mejores rendimientos económicos que nos permitan convertirlo en estabilidad social.
Todo esto, pese a una situación complicada de los países de la CAN...
La CAN no es un organismo que tenga como facultad o función expresiones políticas. Este es un organismo de integración, el más sólido de América Latina y con unas fuertes facultades en muchas afectaciones al comercio.
La misión nuestra es la norma, la integración, y buscar cómo a través de cada acción mejoramos la vida de los ciudadanos andinos, para eso nos crearon.
Y ese no es otro que el sueño de Bolívar, ahora que estamos en las fechas de independencia.
Me refiero a que la CAN sigue con fuerza pese a todo, y que los Gobiernos respaldan a la organización.
Los cuatro Gobiernos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) han ratificado de forma reciente y permanente su solidaridad y su convicción de fortalecer y apoyar el proceso de integración.
Incluso en la ruta de modernización que le hemos impuesto (a la CAN) y que ha conllevado que seamos hoy un organismo vigente, dinámico y cercano al ciudadano. Con cosas como el Estatuto Migratorio, ratificamos que lo que decimos lo hacemos.