La inflación a los consumidores desaceleró, por tercer mes consecutivo, en julio, pero continuó por arriba del objetivo del Banco de México (Banxico), de acuerdo con los datos divulgados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En el séptimo mes del año, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un avance mensual de 0.59%, mientras que a tasa anual de ubicó en 5.81%, lo que supuso una desaceleración desde el dato de 5.88% del mes previo.
Sin embargo, el resultado de julio fue mayor al esperado por el mercado. De acuerdo con el sondeo de la agencia de noticias Reuters, se esperaba que la inflación del mes fuera de 5.76 por ciento.
Si bien la inflación desaceleró por tercer mes consecutivo, luego de haber alcanzado un nivel de 6.08% en abril, hiló cinco meses por arriba del objetivo de Banxico de 3% +/-1 punto porcentual.
Con el dato aún alto, es probable que el banco central mueva al alza su tasa de interés en su siguiente reunión el 12 de agosto, de acuerdo con analistas.
Los altos niveles de inflación son algo con lo que han tenido que lidiar, en los últimos meses, diversas naciones. Si bien eran esperados por la baja base de comparación del año pasado como efecto por el Covid-19, en los últimos meses la preocupación es que éste no sea sólo un tema temporal y, al contrario, persista por más meses.
“Esperamos que siga mostrando presiones inflacionarias que, inclusive, ya no tengan que ver con el efecto matemático de baja base de comparación, sino presiones reales que surgen de incrementos en las materias primas a nivel internacional, los cuellos de botella, y la escasez de productos. También en la inflación al productor, donde específicamente los costos de transportación por vía marítima se han incrementado mucho”, dijo Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.
Aunado a esto Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico de Monex, destacó que sí habría un efecto de base de comparación en el rubro de servicios, esto porque el año pasado fueron los que más se vieron afectados por las medidas de confinamiento y distanciamiento social y que ahora, con la reactivación de la economía, pudieran presionar la inflación subyacente.