Y siguiendo con noticias relacionadas con el COVID-19, el número de refugiados reasentados se redujo drásticamente el año pasado debido a las restricciones fronterizas causadas por la pandemia del coronavirus.
Un nuevo informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados y el Banco Mundial publicado este jueves indica que unos 64.000 solicitantes de asilo iniciaron una nueva vida en países de acogida en 2019, pero que esa cifra disminuyó a sólo 22.800 durante el año pasado.
La tendencia a la baja continua este 2021. Entre enero y marzo solo hubo 4500 reasentamientos, mientras que 57 países siguen negando el acceso a los no nacionales y 73 lo han restringido.
El estudio indica que el impacto socioeconómico de la COVID-19 ha afectado a casi todos los aspectos de la vida de los refugiados y otros desplazados forzosos, especialmente a los que viven fuera de los campos.
En base a los datos de ocho países de acogida antes del inicio de la pandemia, los refugiados tenían un 60% más de probabilidades que las poblaciones de acogida de trabajar en sectores con altas probabilidades de verse afectados por la pandemia, como los servicios de alojamiento y alimentación, la industria manufacturera y el comercio minorista.