El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, recibió el lunes la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 y descartó decretar cuarentena obligatoria a pesar del aumento de muertes de pacientes infectados en el país.
“El gobierno no va a establecer la cuarentena obligatoria, porque no cree en un Estado policíaco”, dijo el mandatario en rueda de prensa a la salida del vacunatorio en el que recibió la primera dosis de la CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac.
Aunque la vacunación avanza a buen ritmo -en casi un mes el 15% de la población recibió ya la primera dosis de CoronaVac o Pfizer-, desde febrero los números diarios de casos y muertes no cesan de batir récords.´'
El país de 3,4 millones de habitantes -que durante la mayor parte de 2020 fue modelo en América Latina por su exitoso control- registra 97.406 contagios y 915 muertes de pacientes con COVID-19.
Este fin de semana se alcanzó el 35% de ocupación de las camas de terapia intensiva por casos COVID, lo que es considerado el límite para entrar en una “zona roja” de saturación del sistema de salud. En este contexto, la comunidad científica y gremios médicos, así como la oposición e incluso socios políticos del gobierno, reclaman medidas más restrictivas de la movilidad.
Pero Lacalle opinó que las medidas tomadas la semana pasada, como la suspensión de clases o el cierre de algunas oficinas públicas, si fueran “acompañadas por las conductas personales, serían suficientes”.
El mandatario aclaró además que escucha los reclamos de medidas más drásticas. “El tema son las decisiones que uno tiene que tomar, que están con un anclaje muy fuerte en la ciencia y también en lo que uno estima como gobernante que puede tener eficiencia o eficacia (...) ¿Qué medida va a hacer realmente que esto frene? Eso es lo que evaluamos diariamente”.
Lacalle aseguró que “la fácil” hubiera sido decretar confinamiento obligatorio cuando múltiples sectores de la sociedad lo pidieron ya en marzo de 2020, apenas declarada la emergencia sanitaria.
“Si mirás en el estadio y tenés las cuatro tribunas que te gritan ‘¡cuarentena, cuarentena!’, jugás para la tribuna”, graficó. Pero insistió en que el gobierno “tiene que evaluar qué de la vida cotidiana de los individuos se puede cortar” y enfatizó en lo que un cierre total de la economía podría generar para el que no cobra un salario fijo a fin de mes y “la pelea todos los días”. “En ese hay que pensar”, concluyó.