La llegada de la primavera, con temperaturas más altas en el hemisferio note, no debe usarse como un pretexto para relajar las medidas de salud pública para detener la propagación del COVID-19., según un informe* de la Organización Meteorológica Mundial.
"Vimos oleadas de infecciones que aumentaron en las estaciones cálidas y en las regiones cálidas durante el primer año de la pandemia, y no hay pruebas de que esto no pueda volver a suceder este año", aseguran.
La dinámica de transmisión de COVID-19 en 2020 y principios de 2021 parece haber sido influenciada principalmente por intervenciones gubernamentales como mandatos de máscaras y restricciones de viaje en lugar de factores meteorológicos.
Los estudios de laboratorio del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, han arrojado algunas pruebas de que el virus sobrevive más tiempo en condiciones frías, secas y de baja radiación ultravioleta”. Sin embargo, aún no se sabe si el virus se convertirá en estacional o si la meteorología tiene una influencia significativa en las tasas de transmisión en condiciones del mundo real”.