La quema controlada de residuos sólidos urbanos podría disminuir el impacto ambiental y contribuir a generar energía en ciudades no metropolitanas, fuera de las grandes urbes, donde la gestión de los residuos no es adecuada.
Si bien la tecnología de incineración propuesta es común en países desarrollados, en la región más del 30 por ciento de los residuos sólidos urbanos terminan en depósitos abiertos, por lo que su implementación representaría un desafío en términos de políticas públicas.
“Proponemos que se recupere energía de la quema controlada de los residuos sólidos de la ciudad para que esta energía pueda ser enviada a una cantidad importante de viviendas y que se use en el lugar de madera”, dijo vía Zoom a SciDev.Net Ián Vázquez Rowe, uno de los autores del artículo publicado en la revista Waste Management.
El estudio evaluó la ciudad de Valdivia, al sur de Chile, como un caso ilustrativo y comparable con otras ciudades no metropolitanas del Sur global. Allí, el 95 por ciento de los residuos sólidos municipales van a rellenos sanitarios abiertos y presenta una de las tasas de contaminación ambiental más altas de América Latina.
Para fundamentar su propuesta y modelar los sistemas de tratamiento y gestión de residuos, los autores utilizaron un software especializado. Además, calcularon el ahorro de energía para uso residencial en caso de aprovechar los residuos sólidos urbanos bajo seis escenarios diferentes, buscando la mejor solución a estos problemas.
“Tuvimos que recolectar mucha información sobre la tipología de residuos, fracciones, cómo se recoge el residuo, dónde se dispone y después entender la parte energética”, Dijo Vázquez Rowe sobre la procedencia de los datos en los que basaron su análisis.
Al final, determinaron que el mejor escenario de conversión de residuos en energía generaría un ahorro de 11,3 por ciento en emisiones de gases invernadero y 21,8 por ciento de material particulado, que puede resultar dañino para la salud humana.
“Un 11 por ciento [de reducción] no es la panacea, ojalá fuese muchísimo más, pero es un buen comienzo. Estamos diciendo que si a todas las actividades de la ciudad somos capaces de aplicar ese 11 por ciento la ciudad estaría cumpliendo con lo estipulado en el tratado de París”, dijo Vázquez Rowe, investigador del departamento de ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
El Acuerdo de París firmado en 2015 tiene entre sus principales objetivos reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para atenuar el calentamiento global.
Sin embargo, para Martín Sabbatella, titular de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), en la provincia de Buenos Aires, Argentina, el desafío actual está en la recuperación de los recursos renovables y la generación de una conciencia social que permita reducir -o reciclar- antes de que los residuos lleguen a los vertederos.
Él cree que no es el momento oportuno para aplicar la quema controlada, por lo menos en su Cuenca, porque “no hemos desarrollado todas las herramientas existentes para la recuperación y revalorización de los residuos”.
Acumar es una entidad autónoma encargada de atender el deterioro ambiental de la cuenca Matanza Riachuelo, integrada por 14 municipios, ninguno de los cuales aplica esta tecnología para los residuos sólidos urbanos. En su lugar utilizan rellenos sanitarios donde encapsulan los materiales de la cubierta superior y aplican un sistema de membranas.
“La gestión integral de residuos sólidos urbanos de la Cuenca está dirigida a disminuir los residuos generados a través de la separación en origen para posteriormente ser reciclados”, añadió.
Vázquez Rowe reconoce que las carencias económicas de la región suelen ser un condicionante para no aceptar el cambio a la tecnología propuesta.
“Hay muchos desafíos en la región. Todavía tenemos mucha inestabilidad política, hay poca gobernanza (..) estos son aspectos importantes que hay que ir mejorando con el tiempo, pero claro, desde una óptica de científicos en el área ambiental tenemos poco control sobre eso ”, dijo.