El anuncio lo realizó la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) a cargo de la obra, la cual ejecutaron constructores de los dos países y redundará en la reducción de la desigualdad con el acercamiento de personas, bienes y servicios, señaló la institución en Twitter, tras afirmar que también apoyará la integración de Centroamérica.
El viaducto cuenta con dos carriles para automotores con una extensión de 260 metros y 16,4 de ancho y vías alternas para para peatones y ciclos, lo cual facilitará el cruce de los vecinos de cada país, entre los cuales se registra una alta presencia de pueblos originarios, afrodescendientes y migrantes laborales relacionados con la actividad bananera.
La Unops encabezó la gestión, administración, supervisión y ejecución del estudio, diseño y construcción del puente, cuyo financiamiento de más de 25 millones de dólares lo aportaron México (10 millones de dólares) y Panamá y Costa Rica, 7,5 millones cada uno.
Cada año cruzan este puesto fronterizo unas 152 mil personas, principalmente pobladores y trabajadores que cotidianamente realizan sus actividades en ambos lados del río, por lo que el viaducto ofrecerá nuevas oportunidades de comercio y otros desarrollos locales en las comunidades aledañas, según la oficina.
Después de varios acuerdos binacionales para solucionar la seguridad del cruce fronterizo ante el deterioro del viejo viaducto, los gobiernos implicados decidieron entregar la conducción de la obra a la agencia de la ONU, cuya ejecución debió concluir en el primer semestre de 2019, según el cronograma inicial.
El río Sixaola es de libre navegación para ambos países y su centro constituye la línea divisoria de los territorios nacionales, en cuyas comunidades anexas viven unas 20 mil personas, entre las cuales predomina la pobreza, por lo que el puente será un elemento positivo de infraestructura para el movimiento económico local.