La llegada de COVID-19 ha planteado un reto de enormes proporciones para el mundo en general y en particular para la región de América Latina y el Caribe. De acuerdo con el Informe de la ONU sobre impacto del COVID en la región, antes de la pandemia, el modelo de desarrollo de la región ya enfrentaba graves limitaciones estructurales: elevados niveles de desigualdad, limitaciones de las balanzas de pagos y exportaciones concentradas en sectores de baja tecnología, crisis cambiarias y de deuda recurrentes, bajo crecimiento, altos niveles de informalidad y de pobreza con lo que esta crisis sanitaria ha exacerbado la situación profundizando las desigualdades y disparidades.
Ya se estima que la pandemia del COVID-19 será la causa de la mayor crisis económica y social de la región en décadas, con efectos muy negativos en el empleo, el combate a la pobreza y la reducción de la desigualdad.
Los gobiernos de la región se vieron obligados a hacer frente a la pandemia que afecta a todos los sectores de la sociedad a través de medidas de contención para evitar la propagación del virus y medidas de mitigación para manejar el impacto y mitigar sus efectos. Reaccionaron frente a la emergencia en todos los ámbitos, redefiniendo planes y reencausando recursos para responder a la crisis sanitaria, económica, social y ambiental, tomaron medidas para reforzar las capacidades de los sistemas de salud, proteger a los más vulnerables y apoyar la economía para evitar el colapso. Tal como lo señala el trabajo realizado por OCDE “Panorama de las Respuestas de los gobiernos a la crisis”, la magnitud de este efecto y la posible recuperación en los próximos años dependerán de la capacidad de los gobiernos de reactivar sus economías mitigando al mismo tiempo los desafíos sanitarios.
La pandemia ha puesto de manifiesto las crónicas deficiencias de la acción del Estado y constituye una gran oportunidad para fortalecer la capacidad de respuesta de la región y corregir las disfunciones existentes.
Un año después del inicio de esta gran crisis, es necesario evaluar los resultados y plantearse políticas a largo plazo. Es por ello por lo que la OCDE y el SELA han considerado importante realizar un seminario online, para exponer la respuesta de la región ante la crisis del COVID-19, en el ámbito social, económico, sanitario, de gobernanza, que pueda servir de punto de inicio para un análisis de lo que se hizo, lo que se dejó de hacer, lo que se hizo bien, lo que se debe mejorar.
Asimismo, se abordará el tema que hoy ocupa el centro de la atención de todos: las vacunas. Cómo se han planteado los países de la región el acceso a las vacunas y cómo se plantean hacerla llegar a todos sus habitantes. La recuperación dependerá de la capacidad de los gobiernos para reactivar sus economías mientras atienden la crisis de salud pública, lo cual implica que la vacuna sea accesible a todos.