El número de periodistas asesinados durante los años 2018 y 2019 descendió un 14% en relación con el bienio anterior. Pese a la disminución, América Latina y el Caribe registran el mayor número de homicidios a estos profesionales a nivel mundial con el 31%, seguidos por la región de Asia y el Pacífico con el 30%, según destaca un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El estudio de la UNESCO sobre la seguridad de los comunicadores, que coincide con la celebración este lunes del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra los Periodistas, destaca que pese a este descenso en el número de asesinatos la inmensa mayoría de los ataques mortales -nueve de cada diez- quedan impunes.
La publicación indica que durante el periodo 2018-2019 se produjeron un total de 156 asesinatos en todo el mundo y que 57 de ellos se produjeron el año pasado, la cifra más baja en la última década.
Al cierre del informe, a finales de septiembre de 2020, se contabilizaron 39 asesinatos de periodistas en los primeros 9 meses del año -16 en la región de América Latina y el Caribe, 11 en la región de Asia y el Pacífico, 7 en la región de los Estados Árabes y 5 en África-, entre ellos 3 mujeres.
Otro dato a tener en cuenta fue el considerable descenso de periodistas asesinados en países que viven conflictos armados en comparación con el aumento en las naciones que no los padecen. La mayoría de estos crímenes se produjeron por cubrir casos de corrupción, violaciones de los derechos humanos, delitos ambientales, tráfico y delitos políticos.
Las mujeres periodistas son objeto de ataques de género, tanto en el ciberespacio como fuera de él, que van desde el acoso al troleo hasta las agresiones físicas y sexuales.
“Aunque en el último decenio se ha matado a un periodista cada cuatro días en algún lugar del mundo, la impunidad de esos delitos sigue prevaleciendo. Hasta este año, los Estados miembros de las Naciones Unidas informaron de que el 13% de esos casos en todo el mundo se habían resuelto con un proceso judicial concluido. Esto representa una ligera mejora, en comparación con el 12% en 2019 y el 11% en 2018”, destaca el estudio.
A nivel regional y durante el periodo 2018-2019, el mayor número de atentados mortales se produjo en la región de América Latina y el Caribe con el 31% del total de asesinatos de periodistas registrados en todo el mundo, seguida de la región de Asia y el Pacífico, con el 30% de los asesinatos.
Por países, México fue la nación con más asesinatos durante 2019 con 12 y ocupó el segundo lugar en 2018, solo superada por Afganistán, con 13.
En 2018 y 2019, los periodistas de televisión constituyeron el 30% de los periodistas asesinados con 47 muertes, seguidos por los de radio con el 24% y los de prensa escrita con el 21% de los ataques mortales.
De los 20 periodistas de radio asesinados en 2019, al menos 5 eran periodistas de radios comunitarias, mientras que, en 2018, de los 18 informadores de radio asesinados, al menos 2 trabajan en el mismo tipo de emisora.
En su mensaje por el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra los Periodistas, el Secretario General de las Naciones Unidas destacó que la pandemia de coronavirus ha puesto de relieve nuevos peligros para los informadores y que se ha topado también con otras limitaciones, como amenazas de enjuiciamiento, detenciones, encarcelamientos, denegaciones de acceso periodístico y negativas de investigar y enjuiciar los delitos cometidos contra ese colectivo.
“Cuando se ataca a un periodista, toda la sociedad paga el precio. Si no protegemos a los periodistas, nuestra capacidad para mantenernos informados y adoptar decisiones fundamentadas se ve gravemente obstaculizada. Cuando los periodistas no pueden hacer su trabajo en condiciones de seguridad, perdemos una importante defensa contra la pandemia de información errónea y desinformación que se ha extendido por Internet”, alertó António Guterres.
Por su parte, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, destacó la obligación que tienen los Estados de proteger a los comunicadores y de velar por que los autores de los delitos cometidos contra ellos rindan cuentas.
Azoulay también llamó a todo el mundo a unirse a la campaña #EndImpunity de la UNESCO que busca poner de relieve algunos de los riesgos que los periodistas afrontan en su búsqueda por descubrir la verdad.
“Solo investigando y enjuiciando los delitos contra los profesionales de los medios de comunicación se puede garantizar el acceso a la información y la libertad de expresión. Solo diciendo la verdad al poder lograrremos que progresen la paz, la justicia y el desarrollo sostenible de la sociedad ”, concluyó.