En un informe conjunto, las agencias señalaron que los alumnos de las naciones de ingresos bajos y medios bajos ya perdieron casi cuatro meses de escolaridad, en comparación con las seis semanas de afectaciones que tendrían los residentes en países de ingresos altos.
'La pandemia acrecentará el déficit de financiación de la educación en los países de ingresos bajos y medios. Si se toman las decisiones de inversión correctas ahora, en lugar de esperar, este déficit podría reducirse significativamente', comentó a propósito del documento la subdirectora general de la Unesco Stefania Giannini.
En sus declaraciones, la funcionaria recordó que en un foro virtual celebrado hace una semana, jefes de Estado y de gobierno y ministros de 70 naciones, así como socios para el desarrollo, fijaron los compromisos de proteger la financiación de la educación y de actuar con el objetivo de reabrir las escuelas en condiciones de seguridad.
También manifestaron la disposición a apoyar a los maestros y a reducir la brecha digital, compromisos que nos obligan a todos a rendir cuentas, subrayó Giannini.
El informe de la Unesco, Unicef y el Banco Mundial examina las respuestas nacionales frente a la Covid-19 y sus consecuencias en materia de educación, entre ellas la pérdida de aprendizaje, el cierre de centros docentes y la falta de recursos.
'No necesitamos mirar muy lejos para ver la devastación que la pandemia causa en el aprendizaje de los niños en todo el mundo. En los países de ingresos bajos y medios bajos, los efectos aumentan por el acceso limitado al aprendizaje a distancia, el aumento del riesgo de recortes presupuestarios y el retraso en los planes de reapertura', expuso el jefe de Educación de Unicef, Robert Jenkins.