Según el documento circulado por el Ministerio de Economía y Planificación, denominado Síntesis de la estrategia social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la Covid-19, el desarrollo de la industria alimentaria tiene vital importancia para la isla.
Cuba es un país agrícola y requiere garantizar tanto la alimentación del pueblo como la acumulación para el desarrollo, se trata de una demanda impostergable con vistas a revolucionar las formas de gestión y fomentar la agroindustria, destacó.
Para ello, será necesario aprovechar las tecnologías existentes en las empresas mixtas en función de las prioridades de la producción de alimentos en el país, significó el texto.
De conjunto con el Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria se establecerán formulaciones de productos para lograr mayor aprovechamiento de los insumos cárnicos, extendiendo las mismas al proceso industrial.
Igualmente, se promoverá el desarrollo del cultivo de langosta de agua dulce en cada territorio con vistas a asegurar un nuevo surtido para la exportación. En este orden, también se priorizarán acciones de conjunto con el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio y el Proyecto de Empresa Mixta dirigido al engorde de la angula.
Señaló el documento la necesidad de rescatar la elaboración de productos tradicionales en la industria conservera nacional, así como desplegar tecnología de encurtidos de vegetales a mayor escala.
Un elemento esencial para la sustitución de importaciones industriales será extender la producción de salsa de soya para satisfacer las necesidades del turismo que adquiere en el extranjero unas 100 toneladas del producto. Para ello, se construirán, como mínimo, una fábrica en Holguín y otra en Ciego de Ávila, remarcó el texto.
Unido a ello, el estímulo al acopio de leche de cabra y de búfala para elaborar de inmediato las producciones de yogurt y de queso a partir de esta materia prima será otra de las líneas de trabajo en el fomento de la agroindustria.
A la Estrategia Económico-Social para el impulso de la economía se integran el ajuste al Plan 2020 y la elaboración del Plan de la Economía para el año 2021.
La estrategia está sustentada en mantener la planificación centralizada, defender la producción nacional y desterrar la mentalidad importadora, así como la regulación del mercado, principalmente por métodos indirectos y la complementariedad de los actores económicos.