El presidente peruano, Martín Vizcarra, dijo el jueves que el exceso de confianza en la población contribuyó al rebrote del coronavirus en el país, que tiene casi 500.000 infectados y la mayor tasa de muertes por habitantes en América Latina.
En un endurecimiento de las medidas para contener el virus, el Gobierno anunció en la víspera la prohibición de reuniones familiares y el retorno del toque de queda los domingos, además de elevar el número de provincias en cuarentena focalizada para cubrir la mayoría de las regiones del país.
"Se ha dado un exceso de confianza por parte de la población, se han relajado las medidas que todos debemos tener, y se ha visto un exceso de reuniones sociales y deportivas", dijo Vizcarra en una ceremonia de homenaje para los más de 120 médicos que han fallecido durante la lucha contra el coronavirus.
Perú registró el miércoles un récord de 8.875 nuevos casos diarios con el virus, y la cifra total de infectados ascendió a 498.555 -el doble frente a lo reportado el 19 de junio-; mientras que los muertos por la enfermedad ya suman 21.713 -casi el doble desde el 6 de julio-, según datos oficiales.
La cifra de contagios en Perú es la tercera más alta en América Latina, después de Brasil y México, y la tasa de muertos se ubica en 66,5 por cada 100.000 habitantes en el país, el registro más alto en la región frente a su población.
El país andino tiene 32,6 millones de habitantes, según el instituto oficial de estadísticas hasta fines de junio.
"A veces es mejor dar un paso atrás, para seguir avanzando, porque ante todo está la vida y la salud de las personas", dijo Vizcarra con respecto a las últimas medidas, en la ceremonia pública de homenaje a los médicos junto a su ministra de Salud.
Perú impuso una estricta cuarentena a mediados de marzo, frenando casi todas las actividades productivas del país minero, cuya economía se contraería este año un 12,%, en el que sería el peor desempeño en un siglo según proyecciones del banco central.
Pero desde mayo, en busca de reactivar la economía, el Gobierno lanzó una reapertura escalonada que incluyó la reanudación de la minería, la industria y comercio, incluido la atención parcial en tiendas y restaurantes.