En línea con la crisis laboral por la pandemia del Covid-19, en el lapso de enero-julio se han perdido en total 925,490 plazas formales, de los cuales el 75% eran ocupaciones permanentes.
En julio pasado, el segundo mes tras la finalización de la jornada nacional de sana distancia para contener la propagación de la Covid-19, se atenuó de manera significativa la pérdida de puestos de trabajo formales, al registrarse 3,907 despidos, cifra 95% inferior a la observada en junio, de acuerdo con el reporte mensual de empleo formal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Debido a las medidas de distanciamiento social por la pandemia de la Covid-19 y la crisis económica que generaron, de marzo a julio se dieron de baja un millón 117,583 puestos de trabajo, siendo abril el mes más crítico, con el registro de 555,247 despidos, seguido de mayo (-344,526 empleos), marzo (-130,593 empleos), junio (-83,311 plazas) y julio, con las citadas 3,907 bajas.
La pérdida de empleo formal desatada por la crisis de la Covid-19 representa así 5.4% del stock de empleo formal existente antes del inicio de la cuarentena, que era de 20 millones 613,536 plazas registradas al cierre de febrero pasado.
Durante el séptimo mes del año el saldo de despidos fue el resultado de la destrucción de 22,325 puestos de trabajo permanentes y la creación 18,418 empleos formales eventuales.
Al 31 de julio pasado se tienen registrados ante el IMSS 19 millones 495,952 trabajadores cotizantes, cifra 4.4% inferior a la observada un año antes, lo que implica una reducción de 883,427 personas.
Pese a la desaceleración en la pérdida de empleos formales, esta tasa es la mayor que se haya observado desde febrero de 1996 (-4.7%), durante la fase final de la crisis de empleo desatada por la crisis económica que inició con el llamado “error de diciembre”.
Desde otra perspectiva, la disminución del empleo formal en lo que va del año (enero-julio) es de 925,490 puestos, de los cuales 75.1% corresponde a empleos permanentes.
Durante los meses en que se suspendieron la mayoría de las actividades económicas y la población estuvo confinada en sus domicilios para contener el brote de coronavirus, desde mediados de marzo hasta junio, se perdieron más de un millón de empleos formales, según datos oficiales.