El diálogo propuesto por la Conferencia Episcopal Boliviana, la Unión Europea y la Organización de Naciones Unidas (ONU) junto a organizaciones políticas en Bolivia, busca dar solución a la crisis generada antes del inicio de la pandemia de Covid-19, agravada por el bloqueo de caminos en el país.
En un comunicado, los promotores del diálogo instaron a levantar toda medida de presión indebida en el marco de una sociedad que quiere vivir en paz y respetar las reglas de juego democrático, buscando la vigencia plena de un Estado de Derecho y la gobernabilidad en el país.
Asimismo afirmaron que “la unidad y la solidaridad son fundamentales para enfrentar los grandes retos de salud pública y la crisis política institucional que nos pone en escenarios de conflictividad y violencia, cuyas consecuencias podrían ser mayores si se mantienen las posiciones encontradas”.
El llamado se produce al día siguiente que el alto mando militar en Bolivia, evaluara la emisión de un decreto supremo que permita a las Fuerzas Armadas intervenir en los bloqueos de carreteras. De igual forma el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, amenazó al movimiento social con "meter bala".
Por su parte, el presidente de la Confederación Episcopal de Bolivia (CEB), Ricardo Centellas, explicó que se espera que "se instale esta mesa de diálogo tan urgente para bajar la tensión social, para afrontar mejor el problema de la pandemia y sobre todo para arreglar las cosas entre bolivianos".
Como parte del diálogo ya confirmaron presencia Creemos, Juntos, Comunidad Ciudadana y Libre 21, de acuerdo con las declaraciones de los voceros o los propios representantes a la mesa.