Guatemala inició el lunes la reapertura de su economía y la flexibilización paulatina de las restricciones impuestas hace cuatro meses para frenar el coronavirus, a pesar de que casi la mitad del territorio nacional sigue en alerta roja por los más 45.000 contagios y 1.700 muertes asociadas al virus.
En marzo la nación centroamericana cerró sus fronteras y dictó un toque de queda durante la noche y los fines de semana, medidas que complementó con la suspensión de las actividades en sectores económicos no esenciales, del transporte público y de los viajes internos.
"Estimados amigos, necesitamos el compromiso de todos. Las decisiones no han sido fáciles, han sido difíciles (...) Que Guatemala no se detenga", dijo el presidente, Alejandro Giammattei, al anunciar la decisión en un mensaje transmitido a los ciudadanos.
Aunque se mantienen clausuradas las fronteras, desde el lunes las distintas industrias tienen permiso para retomar su operación, el transporte público puede reanudar progresivamente sus rutas y los centros comerciales y restaurantes reabrir. El toque de queda se mantiene solo por las noches.
La relajación de las disposiciones gubernamentales se produce pese a que de los 340 municipios del país, 158 permanecen en alerta roja, 109 en naranja y 73 en amarillo.
América Latina superó el fin de semana por primera vez el total de contagiados de coronavirus en América del Norte, según un conteo de Reuters, en medio de un recrudecimiento de la enfermedad COVID-19, provocada por el virus, en Brasil, México, Colombia y Argentina en los últimos días.