Se podría complicar la ejecución de la estructura programática del presupuesto, a menos de que se hagan efectivos los recursos por la extinción de fideicomisos.
En mayo se tuvo el mayor impacto de la pandemia del coronavirus sobre los ingresos públicos, pero en caso de que se tenga un rebrote en el país se mantendrán los altibajos en las finanzas públicas, lo que complicará más la capacidad del gobierno no sólo para brindar apoyos fiscales sino para cubrir gastos, coincidieron expertos.
James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco, explicó que en marzo y abril se había sorteado el efecto de la pandemia sobre los ingresos presupuestarios, pues presentaron crecimientos acumulados de 9.2 y 1.5%, respectivamente. Pero, en enero-mayo, se presentó una reducción de 3.1% y sólo considerando el quinto mes, los ingresos cayeron 23.1 por ciento.
“El mes de junio trae mejores cifras que en mayo por la reapertura económica en algunas actividades económicas y podríamos ver una recuperación mensual. Pero, si lo vemos en el acumulado (enero-junio) es posible que veamos caídas. Y en caso de que haya un rebrote, vamos a seguir viendo altibajos”.
Salazar indicó que, en los siguientes trimestres va a ser difícil lograr un crecimiento sostenido, lo que también se reflejará en las finanzas públicas, “no vamos a ver crecimientos sostenidos, sino vamos a ver más vaivenes en cada mes”.
Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex, consideró que, en caso de que exista un rebrote en el país por el Covid-19, la economía no se volverá a cerrar como se observó en abril, con lo que, no habrá un impacto tan fuerte en los ingresos, pero la recuperación será muy lenta.
“En Estados Unidos, donde se están registrando máximos en infectados, lo que se ha dicho es que no volverán a cerrar la economía al menos no como en abril que fue cuando se tuvo el punto más álgido en cuanto a medidas restrictivas, eso se podría estar aplicando en México, especialmente por la integración económica que se tiene entre ambos países”.
Recordó que, en junio se reabrieron sectores como la minería, la construcción y la fabricación de equipos de transporte (automotriz, camiones, industria aeroespacial y autopartes), lo que permitirá una recuperación ligera en los ingresos del país.
Para el segundo trimestre del año, CI Banco prevé una caída de la economía mexicana entre 15 y 20%, y para todo el 2020 estiman que el Producto Interno Bruto (PIB) caiga 9.5 por ciento. Monex prevé que la economía cierre el año con una caída de 9.5%, en el segundo trimestre estiman una reducción de doble dígito.
Ambas proyecciones están por arriba de lo que contempla la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la cual espera que el PIB se ubique entre -3.9 y 0.1% al cierre del 2020.
En materia de gasto, los especialistas comentaron que no se han registrado caídas significativas en el gasto acumulado, pero ante los menores ingresos, se podría complicar la ejecución de la estructura programática del presupuesto, a menos de que se hagan efectivos los recursos por la extinción de fideicomisos o un mayor uso de los fondos de estabilización.
“Independientemente de que no suceda el peor escenario (de un rebrote), van a quedar cortos en la cuestión de lo programado y presupuestado en ingreso y gasto, pues su escenario base era una caída del PIB menor de 5% , pero lo más probable es que sea de 8%, lo que les creará dificultades”, dijo Salazar.
Durante mayo, la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) fue de 57,704.8 millones de pesos, lo que significó una caída de 36.5%, en términos reales y respecto del mismo mes del 2019. Es la reducción más alta que se haya registrado desde 1990 para un periodo similar, de acuerdo con datos de la SHCP.
“Este desplome es sin duda por los efectos de la pandemia, mucha gente se quedó sin trabajo o vieron reducidos sus ingresos, con lo que el consumo de bienes se contrajo de manera significativa. La gente consumió menos”, aseguró Quiroz.
Salazar mencionó que, de acuerdo a la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Inegi, alrededor de 12 millones de personas se quedaron sin ingreso y uno de los principales rubros donde los consumidores dejaron de gastar fue en bienes duraderos como autos, remodelación o electrodomésticos. “Entre más duren las medidas de confinamiento, le pega al consumo. Cualquier familia en tiempos de crisis deja de consumir y pospone planes”.