Los países que han logrado suprimir la transmisión del coronavirus y que se encuentran ahora en una fase de reapertura en general mantienen mucha cautela, pero eso no los exime de la posibilidad de nuevos brotes debido a las actividades que implican contacto social, así que deben estar siempre listos para responder de manera inmediata y estricta para contener esas manifestaciones y evitar una nueva propagación del COVID-19, dijeron este miércoles los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Necesitamos ser realistas, seguramente habrá ciertos retrocesos, podrían registrarse algunas bolsas o grupos. (…) Cuando el virus esté presente va a circular, por ello siempre recordamos que el enfoque tiene que ser integral, la distancia física debe ser de un metro como mínimo entre las personas. Además, hay que lavarse las manos, cubrirse la boca y la nariz si es necesario y quedarse en casa cuando la persona no se siente bien, entre otras medidas. El virus aprovechará todo contacto estrecho para transmitirse”, señaló la doctora Maria Van Kerkhove, jefa técnica de Programas de Emergencia de la Organización.
Van Kerkhove comentó que “lo importante es que cuando se detecten estas bolsas o grupos se utilicen los sistemas que ya existen, la infraestructura de salud pública para poder identificar los casos, hacer las pruebas, aislar los casos o atenderlos en un hospital si hiciera falta, rastrear los contactos y poner a esas personas en cuarentena, de esta manera se corta la cadena de transmisión y se impide que el virus siga circulando”.
El director ejecutivo de la misma división de la Organización, Michael Ryan, acotó que al hablar de transmisión del virus, en el fondo se habla de la conducta de la gente: “Podemos hablar de los distintos tipos de transmisión, pero el contacto es el principal vehículo de contagio. Nuestra conducta puede facilitar o frenar la transmisión. (…) Hay contextos [como una discoteca u otro espacio público] que pueden provocar una transmisión comunitaria, lo hemos vista en residencias de ancianos o dormitorios. (…) Así que se trata de una cuestión de proximidad, de intensidad y de duración”.
Por ese motivo, destacó: que “todos y cada uno de nosotros tenemos que ser conscientes de nuestro propio riesgo. Cada quien debe pensar en cómo se produce la transmisión, dónde se mueve y poder controlar el destino propio y no sólo depender de los gobiernos. Es algo que podemos hacer”.
Ryan recordó que diariamente tomamos decisiones que conllevan riesgos, es parte de la naturaleza humana, por eso “el gobierno y la ciencia pueden dar pautas pero, a la postre, todo se reduce a una decisión personal. Los gobiernos, los científicos tienen que ayudar con información, pero al final todo se reduce a las personas y a las comunidades”.
En la conferencia de prensa que ofrecen tres veces por semana desde Ginebra, ciudad sede de la agencia de la ONU para la salud, Ryan y Van Kerkhove coincidieron en la responsabilidad compartida de individuos, sociedad y gobierno de detener la pandemia y subrayaron que la reacción de todas las partes debe ser muy rápida cuando se presenten nuevos brotes.
Gripe porcina
Con respecto a una publicación reciente que reporta un nuevo genotipo del virus G4EA H1N1 causante de la gripe porcina descubierto en China y con potencial pandémico, Ryan explicó que se trata de un virus reportado y controlado desde 2016.
“Queremos aclararle a la gente que este es un virus que ya estaba bajo vigilancia. Estamos siempre preocupados por cualquier virus que muestre el potencial de contagiarse a las personas y continuaremos trabajando con nuestros socios y el sistema mundial de monitoreo de influenza para mantenerlo bajo observación”, apuntó.
Ryan indicó que el estudio publicado el lunes por el Centro de Control de Enfermedades de China, es resultado del monitoreo realizado por muchos años, de 2011 a 2018 en poblaciones porcinas.
“El genotipo G4 ha sido dominante en las poblaciones porcinas de China desde 2016, lo interesante del último reporte es la seroprevalencia entre los trabajadores de las granjas, lo que necesita investigarse cuidadosamente. Pero esto tiene que revisarse y estudiarse para entender el contexto y cómo ocurrió el proceso. La transferencia de ese genotipo a los humanos ha sucedido en el pasado y nuestros colaboradores han trabajado monitoreando esto por muchos años”, insistió el experto.
Ryan recordó a los países y donantes la importancia de los sistemas de vigilancia de la gripe para prevenir epidemias, que ahora están siendo utilizados para encontrar casos de COVID-19, e informó que en general cuentan con baja financiación y necesitan más recursos.
Medicamentos y vacunas
Los especialistas de la Organización Mundial de la Salud respondieron a una pregunta sobre el supuesto acaparamiento por el gobierno de Estados Unidos de la producción completa de Remdesivir -un medicamento que ayuda a tratar los casos críticos de COVID-19-, que están verificando esas informaciones y estudiando las implicaciones que esto tendría.
En este sentido, el doctor Ryan puntualizó que la Organización Mundial de la Salud pugna por el acceso igualitario a los tratamientos que salvan vidas. “Queremos que todas las personas tengan acceso a los tratamientos. Nuestro compromiso es buscar el acceso equitativo a todas las intervenciones que puedan salvar vidas”, reiteró.
Al contestar a una pregunta sobre la posibilidad de desarrollar una vacuna universal contra los coronavirus, Ryan refirió que la comunidad científica lleva lustros buscándola.
“La pregunta es si esta vacuna podría dar una inmunidad definitiva, lo cual es muy difícil de saber porque estos virus mutan constantemente. Esa vacuna debería ser una prioridad sanitaria mundial a largo plazo, pero en este momento lo que urge es una vacuna para este virus. Y más importante aún, que hace falta que esa vacuna sea efectiva, segura, aceptada por la población y, sobre todo, que esté garantizada para todos”, enfatizó.
Medio Oriente
En la conferencia de hoy participó el doctor Ahmed Al-Mandhari, director regional de la OMS para Medio Oriente, quien habló sobre el aumento exponencial del COVID-19 registrado en esa zona del mundo durante mayo y junio, luego de que la transmisión del coronavirus llegara retrasada en relación con otros puntos del planeta.
Al-Mandhari detalló que hasta el momento, los países con mayor incidencia son Irán, Arabia Saudita y Pakistán, mientras que el 87% de las muertes se han concentrado en Irán, Iraq, Arabia Saudita, Egipto y Pakistán.
El director regional alertó del alto riesgo de la propagación del coronavirus entre las poblaciones de refugiados y desplazados en Medio Oriente, quienes padecen gran precariedad y en muchas ocasiones carecen de servicios básicos para mantener las medidas necesarias de higiene, además de que viven en condiciones de hacinamiento tras haber huido de sus comunidades a causa de guerras y falta de seguridad.