El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó este viernes una reforma fiscal para el país, pese a que la Secretaría de Hacienda había anticipado en febrero que analiza cambios tributarios, y reiteró su compromiso de no subir impuestos, en especial a las gasolinas.
La posibilidad de realizar una reforma fiscal habría sido una de las diferencias entre el mandatario y su anterior secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, que renunció en 2019 y fue sustituido en el cargo por Arturo Herrera.
"No hay en puerta ningún proyecto de reforma en materia fiscal", dijo este viernes López Obrador en su conferencia diaria.
Además, el mandatario reiteró su compromiso de "no aumentar impuestos en términos reales". "No lo hemos hecho durante el tiempo que llevamos en el gobierno y no vamos a crear impuestos nuevos", explicó. "No va a haber gasolinazos, no ha habido y no va a aumentar el precio de los energéticos", añadió.
El 20 de febrero, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dijo en un foro en Ciudad de México que el gobierno analiza realizar modificaciones al marco tributario.
"Una reforma fiscal como la que estamos pensando no incluye incremento de impuestos, lo que considera es ampliar la base de contribuyentes, ser más eficientes y podríamos revisar la estructura de algunos impuestos para hacerla más progresiva, que tenga un principio de equidad", dijo entonces, según reportes de prensa.