Cuba atraviesa de nuevo problemas de escasez de combustible que han provocado largas filas en las gasolineras de todo el país, cuyos habitantes también padecen en estos días dificultades para conseguir productos de aseo y otros básicos como detergente y papel sanitario, luego de 61 años de revolución socialista.
El suministro de diésel y gasolina ha tenido momentos de inestabilidad desde que en septiembre pasado las autoridades denunciaron que las nuevas sanciones de Estados Unidos dificultaban la llegada de barcos petroleros a la isla, pero la crisis se ha agudizado desde finales de la semana pasada.
Por el momento, y a diferencia de lo sucedido a finales del año pasado, el Ejecutivo cubano no ha emitido ningún comunicado para explicar si se adoptarán nuevas medidas o restricciones, aunque los gerentes de algunas gasolineras sí están explicando a los clientes que solo cuentan con una cantidad limitada de combustible diaria para vender a particulares que pagan en efectivo.
Una vez que esa cantidad se acaba, los particulares deben esperar al día siguiente porque el resto del suministro se reserva para los vehículos estatales y de otras entidades que cuentan con tarjetas prepagadas.