Específicamente, se trata de 73.683 micro, pequeñas, medianas y grandes empresas cuya morosidad promedio asciende a CH$14,3 millones (US$18.039), cifra que en el último trimestre del año pasado fue un 3,16% superior si se compara con el trimestre precedente.
Esta situación fue revelada en un estudio conjunto entre la Universidad San Sebastián y Equifax; y publicado por diario El Mercurio.
Del total de empresas morosas, un 4% califica como “gran empresa” cuya morosidad asciende a un promedio de CH$70 millones (US$88.305), un 9% son “medianas” (CH$40 millones o US$50.460) y un 87% son “micro” y “pequeñas”.
Previo a la crisis social, en septiembre de 2019, 1.132 empresas en Chile habían iniciado un proceso de quiebra, lo que se tradujo en un aumento de un 30% al compararlo con igual período de 2018.
Por sector, las firmas de “administración pública” poseen deudas en promedio de $85 millones (US$107.228), “minas y canteras” por $45 millones (US$56.768) y “actividad inmobiliaria” promedia CH$25 millones (US$31.538).
Frente a este escenario, el economista Francisco Aravena dijo al citado medio que las micro y pequeñas empresas son las más propensas a aumentar su morosidad si, producto del estallido social, sectores como el turismo y el comercio no consiguen repuntar sus números.
En la misma línea, Tomás Flores, economista de LyD, analizó que la caída en las ventas obligó a las compañías a repactar sus deudas y los pagos a proveedores.
Previo a la crisis social, en septiembre de 2019, 1.132 empresas en Chile habían iniciado un proceso de quiebra, lo que se tradujo en un aumento de un 30% al compararlo con igual período de 2018.
A semanas de iniciada la crisis social, en noviembre del año pasado, la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme) advirtió que estimaba que 20 mil firmas más podrían declararse en quiebra.
Finalmente, 2019 culminó con 1.558 empresas que se declararon en quiebra, un 16% más que el año previo.