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Barclays: Gobierno alterno podría desviar ingresos de la administración de Maduro
25 de enero, (Bancaynegocios).-Barclays, firma de servicios financieros, evalúa las opciones del gobierno de Nicolás Maduro en la coyuntura política actual, en la que Estados Unidos presiona fuertemente por la restitución de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela. Pero en cualquier escenario, estima que la producción petrolera seguirá en caída y este año serán 350 mil barriles diarios menos, en promedio.
La tensión política crece en Venezuela. EEUU desconoce el segundo mandato presidencial de Maduro y reconoce como legítimo jefe de Estado al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien el 23 de enero se juramentó en el cargo de manera interina en atención a los establecido en los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución.
En un reporte del 18 de enero, una semana antes que Guaidó asumiera nuevas competencias, Barclays observaba que la producción petrolera se mantiene a la baja. Advierte un aumento en los riesgos de interrupción a corto plazo, derivada de la crisis política, aunque cree probable una oportunidad a mediano plazo para revertir la fuerte caída de los últimos dos años.
Recuerda la firma que según algunos informes, fuentes gubernamentales de alto rango de los Estados Unidos están considerando “pasar de una política de sanciones y objetivos específicos al gobierno de Maduro a una nueva etapa de medidas más impactantes y decisivas” que intentarían “garantizar que el régimen no tenga recursos para oprimir al pueblo venezolano”.
Una restricción de las importaciones de diluyentes de los EEUU a Venezuela, utilizada en la industria petrolera para mezclarse con el petróleo extrapesado, y un embargo total de exportaciones a los EEUU ha estado sobre la mesa desde la profundización de la crisis de Venezuela en 2017, señala Barclays.
“Si bien a nivel nacional, un gobierno alternativo (de Guaidó) podría tener dificultades para hacer cumplir las decisiones a menos que cuente con el apoyo de las fuerzas armadas, su reconocimiento externo como una autoridad legítima podría permitir a la comunidad internacional congelar y desviar activos e ingresos, incluidas las ganancias de las exportaciones de petróleo, desde la administración de Maduro hacia la alternativa”.
El fuerte vínculo de Venezuela con el mercado de Estados Unidos lo hace particularmente vulnerable a cualquier acción tomada por el gobierno estadounidense. Si bien la exposición estadounidense a Venezuela ha disminuido, la concentración de Venezuela en el mercado estadounidense en realidad ha aumentado, destaca el reporte.
Venezuela importa aproximadamente 120 mil barriles diarios de crudo ligero y diluyentes utilizados como insumos para la producción de petróleo, la mayoría de los cuales proviene de los Estados Unidos en forma de “aceites sin terminar”. En el frente de las exportaciones, a pesar del riesgo de sanciones, Venezuela no ha podido reemplazar el mercado de los EEUU y coloca aún alrededor de 600 mil barriles, alrededor de 75% del efectivo que ingresa al país.
Sería difícil desviar las exportaciones de petróleo al mercado estadounidense. El reconocimiento de un gobierno alternativo en Venezuela (como de hecho ocurrió) podría tener implicaciones similares a un embargo total de petróleo. Si bien Pdvsa ha intentado trasladar sus cuentas a China, la mayoría de sus pagos provienen de los EEUU y sería vulnerable a la congelación. Maduro tendría que desviar las exportaciones de petróleo a EEUU a otros mercados, de forma similar a un embargo, señala Barclays.
Las complicaciones para Maduro podrían ser mayores cuanto mayor sea el número de países dispuestos a reconocer al otro gobierno, ya que sus activos podrían ser vulnerables en más jurisdicciones. En tal situación, el control sobre Citgo estaría en juego.
Citgo no solo procesa aún entre 200 mil y 250 mil barriles diarios del crudo que Venezuela envía a territorio norteamericano, sino que participa en la adquisición de diluyentes, piezas y equipos para la industria petrolera venezolana, en virtud de los riesgos que supone trabajar con Pdvsa. Esto es, que la pérdida de control sobre su filial en EEUU complicaría aún más las operaciones de Pdvsa.
Para que la producción de petróleo se estabilice y recupere podría requerirse un cambio político, observa Barclays.