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Inversionistas y acreedores, su rol ante la crisis en Venezuela
21 de febrero, (DavosObserver).- Inversionistas del mundo tienen la mira puesta sobre Venezuela, ejemplo de ello es el multimillonario egipcio Naguib Sawiris quien dijo a la agencia Bloomberg que invertiría en Venezuela “en cualquier momento”, después de la salida de Nicolás Maduro. Sawiris reconoce el potencial del país y juega en las grandes ligas de inversionistas ansiosos por ver el desenlace de la crisis venezolana.
“La inversión extranjera y nacional está a la expectativa de lo que ocurra en Venezuela, dado que tiene claro su función como factor de éxito para la reconstrucción del país. Son actores de mucho peso internacional, que permiten abrir puertas y facilitar proceso como los que vive Venezuela”, indica David Osio, CEO de Davos Financial Group.
Entre esos grandes jugadores hay otras figuras, que portan el doble sombrero de inversionista y acreedor, como China y Rusia.
¿Qué papel pueden jugar para impulsar un cambio que coloqué nuevamente a Venezuela en el mapa de los mercados emergentes?
“Hay un claro interés entre los inversionistas por un profundo cambio en la situación de Venezuela. Al producirse la aparición en escena de Juan Guaidó como presidente interino hubo un repunte en el valor de los bonos venezolanos, ante la perspectiva a corto plazo de un cambio en la administración de la economía del país”, comentó David Osio.
La resistencia de Maduro a dejar sus funciones aplaza cualquier proceso de reestructuración de la deuda venezolana y sus empresas estatales, así como las sanciones impuestas a las transacciones con estos títulos.
De los aproximadamente US$ 140.000 millones de deuda que los analistas creen que está pendiente, más de US$ 65.000 millones se deben a los tenedores de bonos.
Para los inversionistas, estos bonos representan un gran desastre del cual hay que desvincularse de la mejor manera, es decir, sin perder dinero. ¿Pero, cómo lograrlo?
De acuerdo con un artículo de Bloomberg, se estima que el país debe aproximadamente unos US$ 50.000 millones a China a y Rusia. Luego están las compañías a las que se les han otorgado arbitrajes, como la compañía minera canadiense Crystallex y la petrolera Conoco Phillips.
A la lista de acreedores también se suman pesos pesados como administradores de fondos de inversiones como Fidelity, Pimco, BlackRock, AllianceBernstein, T. Rowe Price and Goldman Sachs Asset Management. Todo deseosos de cobrar o reestructurar de manera ordenada y justa esas obligaciones de la república y PDVSA.
En el caso de Rusia, se estima que Venezuela debe a la empresa Rosneft unos US$ 2.3 mil millones y, aún cuando la administración de Maduro le ha cumplido sus pagos, el crítico momento que se vive en el país, hace que cada acreedor busque mayores garantías de continuidad de pagos.
“Sin duda, China y Rusia figuran entre los grandes interesados en que la eventual reestructuración de la deuda se haga con condiciones favorables para sus respectivos objetivos”, expresó Andrés Coles, Director de Davos Financial Advisors.
En su opinión, no resulta descabellado pensar que el equipo del presidente interino Juan Guaidó esté realizando contactos con ambos gobiernos, para explorar posibles esquemas que permitan definir el mejor escenario de repago de la deuda, incluyendo concederles prioridad en la lista de acreedores que recibirán reembolso, a cambio de que ambas naciones aceleren el cambio político en Venezuela.